13.9.11

Angel Petisme (O cão de Ulisses)






EL PERRO DE ULISES




Al regresar a Ítaca después de veinte años,
vestido con ropas de mendigo,
Ulises se enjugó una lágrima.
Argos, lleno de pulgas,
tendido en el estiércol,
alzó la cabeza y las orejas.
Fue el único que reconoció a su dueño.
Así nos pasa a los humanos
frente a la belleza, que nunca es fácil,
que nunca es benigna,
frente a la perfección camuflada y hambrienta.
Como el perro de Ulises
sólo algunos ladramos frente a ella
y movemos el rabo.
Veinte años esperando a su amo
y Argos poco después murió.


Angel Petisme






Ao regressar a Ítaca passado vinte anos,
vestido com roupas de mendigo,
Ulisses limpou uma lágrima.
Argos, cheio de pulgas,
estendido no esterco,
ergueu a cabeça e as orelhas.
Foi o único que reconheceu o dono.
Assim sucede a nós humanos,
frente à beleza, nunca fácil,
nunca benigna,
frente à perfeição camuflada e faminta.
Como o cão de Ulisses
só alguns ladramos frente a ela
e mexemos o rabo.
Vinte anos à espera do dono
e pouco depois morreu, Argos.

(Trad. A.M.)




>> Pedro Mexia - Ao contrário de Ulisses


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