ARGIZAIOLA
Y nos hacemos memoria antigua descendiendo.
Descendiendo hasta el patio infantil de grava y moscas,
hasta la silenciosa compañía del juguete roto
en la casa enemiga,
hasta la matriz
y hasta el primer beso ácido
que todavía en el sueño inquieto del verano
la lengua trenza y atenaza,
y hasta esa primera mano
que enredó en nuestro pelo,
y hasta el asombro nunca apagado
de amanecer junto a otro cuerpo,
y hasta el envidiado pájaro:
ese pálpito primero.
Y también, descendiendo, poner la mirada
en el diente que insomne desgarra la sábana
sin descorrer por ello los velos de la sorpresa.
Y así mismo, enroscándonos,
descender a la herida y a la fiebre
y al primer terror
y siempre al primero y al segundo cuerpo.
Hasta la luz y hasta la muerte descendiendo.
Miguel Sánchez-Ostiz
Descendo, nos fazemos memória antiga.
Descendo até ao pátio infantil de cascalho e moscas,
até à silenciosa companhia do brinquedo partido
na casa inimiga,
até à matriz
e ao primeiro beijo ácido
que no sonho inquieto do verão
a língua tece e atazana,
e até essa mão primeira
que nos passou pelo cabelo,
e até ao assombro nunca desfeito
de amanhecer junto de outro corpo,
e até ao invejado pássaro,
esse pressentimento primeiro.
E também, descendo, pôr o olhar
no dente que rasga o lençol,
sem levantar por isso os véus da surpresa.
E outrossim, enroscando-nos,
descer à ferida e à febre e ao primeiro terror
e sempre ao primeiro e ao segundo corpo.
Até à luz, até à morte,
sempre descendo.
(Trad. A.M.)
.