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26.8.24

Álvaro Mutis (Invocação)




INVOCACIÓN

 

¿Quién convocó aquí a estos personajes?
¿Con qué voz y palabras fueron citados?
¿Por qué se han permitido usar
el tiempo y la substancia de mi vida?
¿De dónde son y hacia dónde los orienta
el anónimo destino que los trae a desfilar frente a nosotros?

Que los acoja, Señor, el olvido.
Que en él encuentren la paz,
el deshacerse de su breve materia,
el sosiego a sus almas impuras,
la quietud de sus cuitas impertinentes.
No sé, en verdad, quiénes son,
ni por qué acudieron a mí
para participar en el breve instante
de la página en blanco.
Vanas gentes estas,
dadas, además, a la mentira.
Su recuerdo, por fortuna,
comienza a esfumarse
en la piadosa nada
que a todos habrá de alojarnos.
Así sea.

 
Álvaro Mutis 

[Tiberiades]

 

 

Quem chamou aqui estas personagens?
Com que voz e palavras foram citadas?
Porque se permitiram usar
o tempo e a substância da minha vida?
Donde são e para onde as leva
o anónimo destino que as traz a desfilar à nossa frente?
Que as receba, Senhor, o esquecimento,
que nele encontrem a paz,
o desfazer de sua breve matéria,
o sossego de suas almas impuras,
a quietude de suas coitas impertinentes.
Não sei, em verdade, quem são,
nem porque vieram a mim
a participar no breve instante 
da página em branco.
Gente vã esta,
dada ademais à mentira.
Sua lembrança, por sorte,
começa já a esfumar-se
no piedoso nada
que nos alojará a todos.
Assim seja.
 

(Trad. A.M.)

 .

18.2.23

Álvaro Mutis (Cada poema)




CADA POEMA

 

Cada poema un pájaro que huye
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cera letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte,
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas,
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.

Álvaro Mutis

[Tiberiades]

 

 

Cada poema um pássaro que foge
do sítio assinalado pela praga.
Cada poema um traje da morte
por ruas e praças inundadas
na cera letal dos vencidos.
Cada poema um passo para a morte,
uma falsa moeda de resgate,
um tiro ao alvo a meio da noite
perfurando as pontes sobre o rio,
cujas águas viajam adormecidas
da velha cidade para os campos
onde o dia prepara as fogueiras.
Cada poema um toque rígido
daquele que jaz na lousa das clínicas,
ávido anzol que percorre
a lama mole das sepulturas.
Cada poema um lento naufrágio do desejo,
um ranger dos mastros e enxárcias
que sustentam o peso da vida.
Cada poema um estrondo de panos que derrubam
sobre o rugir gelado das águas
o branco aparelho das velas.
Cada poema invadindo e rasgando
a teia amarga do tédio.
Cada poema nasce de uma cega sentinela
gritando no fundo vazio da noite
o santo e senha da sua desventura.
Água de sonho, fonte de cinza,
pedra porosa dos matadouros,
madeira à sombra das sempre-vivas,
metal dobrando por condenados,
óleo fúnebre de duplo fio,
sudário de cote do poeta,
cada poema esparze sobre o mundo
o cereal acre da agonia.


(Trad. A.M.)

 .

21.4.20

Álvaro Mutis (Se ouvires correr a água)





Si oyes correr el agua en las acequias,
su manso sueño pasar entre penumbras y musgos,
con el apagado sonido de algo
que tiende a demorarse en la sombra vegetal.
Si tienes suerte y preservas ese instante
con el temblor de los helechos que no cesa,
con el atónito limo que se debate
en el cauce inmutable y siempre en viaje.
Si tienes la paciencia del guijarro,
su voz callada, su gris acento sin aristas,
y aguardas hasta que la luz haga su entrada,
es bueno que sepas que allí van a llamarte
con un nombre nunca antes pronunciado.
Toda la ardua armonía del mundo
es probable que entonces te sea revelada,
pero sólo por esa vez.
¿Sabrás, acaso, descifrarla en el rumor del agua
que se evade sin remedio y para siempre?


Álvaro Mutis

[Electricidad con ictericia]




Se ouvires correr a água nas levadas,
seu sono manso passar entre musgos e penumbras,
apagado som de algo
que tende a demorar-se na sombra vegetal.
Se tiveres sorte e guardares esse instante
com a tremura incessante dos fetos,
com o limo atónito a debater-se
no leito imutável e sempre em viagem.
Se tiveres a paciência do seixo,
sua voz quieta, seu tom sem arestas,
e aguardares a chegada da luz,
é bom que saibas que ali te vão chamar
com um nome jamais antes pronunciado.
Toda a difícil harmonia do mundo
é provável que te seja então revelada,
mas só dessa vez.
Saberás, acaso, decifrá-la no rumor da água
que sem remédio se evade, para sempre?

(Trad. A.M.)

.

7.6.18

Álvaro Mutis (Cidade)






CIUDAD



Un llanto,
 un llanto de mujer
 interminable,
 sosegado,
 casi tranquilo.
 En la noche, un llanto de mujer me ha despertado.
 Primero un ruido de cerradura,
 después unos pies que vacilan
 y luego, de pronto, el llanto.
 Suspiros intermitentes
 como caídas de un agua interior,
 densa,
 imperiosa,
 inagotable,
 como esclusa que acumula y libera sus aguas
 o como hélice secreta
 que detiene y reanuda su trabajo
 trasegando el blanco tiempo de la noche.
 Toda la ciudad se ha ido llenando de este llanto,
 hasta los solares donde se amontonan las basuras,
 bajo las cúpulas de los hospitales,
 sobre las terrazas del verano,
 en las discretas celdas de la prostitución,
 en los papeles que se deslizan por solitarias avenidas,
 con el tibio vaho de ciertas cocinas militares,
 en las medallas que reposan en joyeros de teca,
 un llanto de mujer que ha llorado largamente
 en el cuarto vecino,
 por todos los que cavan su tumba en el sueño,
 por los que vigilan la mina del tiempo,
 por mí que lo escucho
 sin conocer otra cosa
 que su frágil rodar por la intemperie
 persiguiendo las calladas arenas del alba.

Álvaro Mutis




Um pranto,
um pranto de mulher
interminável,
sossegado,
quase tranquilo.
De noite, um pranto de mulher acordou-me.
Primeiro um ruído de fechadura,
depois uns pés vacilando
e a seguir, de repente, o choro.
Suspiros intermitentes
como quedas de uma água interior,
densa,
imperiosa,
inesgotável,
como eclusa que acumula e solta suas águas
ou como hélice secreta
que pára e retoma seu trabalho
trasfegando o branco tempo da noite.
Toda a cidade se foi enchendo deste pranto,
até os terrenos onde os lixos se amontoam,
sob as cúpulas dos hospitais,
nos terraços de Verão,
nas celas discretas das prostitutas,
nos papéis que deslizam nas solitárias avenidas,
com o bafo morno de certas cozinhas militares,
nas medalhas que repousam em cofres de teca,
um pranto de mulher que chorou longamente
no quarto vizinho,
por todos os que cavam o sepulcro no sono,
pelos que vigiam a mina do tempo,
por mim que o escuto
sem saber mais do que
do seu frágil rodar pela intempérie
perseguindo as caladas areias da aurora.


(Trad. A.M.)


.

18.2.17

Álvaro Mutis (Canção do leste)

 




CANCIÓN DEL ESTE



A la vuelta de la esquina
un ángel invisible espera;
una vaga niebla, un espectro desvaído
te dirá algunas palabras del pasado.
Como agua de acequia, el tiempo
cava en ti su arduo trabajo
de días y semanas,
de años sin nombre ni recuerdo.
A la vuelta de la esquina
te seguirá esperando vanamente
ese que no fuiste, ese que murió
de tanto ser tú mismo lo que eres.
Ni la más leve sospecha,
ni la más leve sombra
te indica lo que pudiera haber sido
ese encuentro. Y, sin embargo,
allí estaba la clave
de tu breve dicha sobre la tierra.

Álvaro Mutis




Ao virar da esquina
um anjo invisível te espera,
uma vaga névoa, um espectro esvaído
dir-te-á palavras do passado.
Como água de levada, o tempo
cava em ti seu árduo trabalho
de dias e semanas,
de anos sem nome nem lembrança.
Ao virar da esquina lá estará
esperando em vão
aquele que não foste, o que morreu
de tanto ser tu mesmo aquilo que és.
Nem a mais leve suspeita,
nem a sombra mais ténue
te dizem o que poderia ter sido
esse encontro. E, contudo,
estava ali a chave 
da tua breve ventura na terra.


(Trad. A.M.)

.

26.8.14

Álvaro Mutis (Amen-2)





AMEN




Que te receba a morte
com teus sonhos intactos.
No regresso de uma furiosa adolescência,
no início das férias que nunca te deram,
te deixará a morte seu primeiro aviso.
Há-de abrir-te os olhos às lágrimas
embalar-te na brisa do outro mundo.
A morte se fundirá com teus sonhos,
neles reconhecendo os sinais
que em tempos foi deixando,
como um caçador que na volta
reconhece o seu rasto no trilho.



Álvaro Mutis


(Trad. A.M.)

.

1.3.13

Álvaro Mutis (Exílio)





EXILIO



Voz del exilio, voz de pozo cegado,
voz huérfana, gran voz que se levanta
como hierba furiosa o pezuña de bestia,
voz sorda del exilio,
hoy ha brotado como una espesa sangre
reclamando mansamente su lugar
en algún sitio del mundo.
Hoy ha llamado en mí
el griterío de las aves que pasan en verde algarabía
sobre los cafetales, sobre las ceremoniosas hojas del banano,
sobre las heladas espumas que bajan de los páramos,
golpeando y sonando
y arrastrando consigo la pulpa del café
y las densas flores de los cámbulos.

Hoy, algo se ha detenido dentro de mí,
un espeso remanso hace girar,
de pronto, lenta, dulcemente,
rescatados en la superficie agitada de sus aguas,
ciertos días, ciertas horas del pasado,
a los que se aferra furiosamente
la materia más secreta y eficaz de mi vida.
Flotan ahora como troncos de tierno balso,
en serena evidencia de fieles testigos
y a ellos me acojo en este largo presente de exilado.
En el café, en casa de amigos, tornan con dolor desteñido
Teruel, Jarama, Madrid, Irún, Somosierra, Valencia
y luego Perpignan, Arreglen, Dakar, Marsella.
A su rabia me uno, a su miseria
y olvido así quién soy, de dónde vengo,
hasta cuando una noche
comienza el golpeteo de la lluvia
y corre el agua por las calles en silencio
y un olor húmedo y cierto
me regresa a las grandes noches del Tolima
en donde un vasto desorden de aguas
grita hasta el alba su vocerío vegetal;
su destronado poder, entre las ramas del sombrío,
chorrea aún en la mañana
acallando el borboteo espeso de la miel
en los pulidos calderos de cobre.

Y es entonces cuando peso mi exilio
y miro la irrescatable soledad de lo perdido
por lo que de anticipada muerte me corresponde
en cada hora, en cada día de ausencia
que lleno con asuntos y con seres
cuya extranjera condición me empuja
hacia la cal definitiva
de un sueño que roerá sus propias vestiduras,
hechas de una corteza de materias
desterradas por los años y el olvido.


Álvaro Mutis



Voz do exílio, voz de poço arrasado,
voz órfã, voz grande que se ergue
como erva furiosa ou pata de besta,
voz surda do exílio,
brotou hoje como espesso sangue
reclamando mansamente seu lugar
em algum sítio do mundo.
Chamou hoje em mim
o griteiro das aves passando
em verde algazarra
sobre os cafezais,
as cerimoniosas folhas da bananeira,
as espumas geladas dos campos,
batendo e zoando
e arrastando a polpa do café
e as densas flores do páramo.

Hoje, algo se deteve dentro de mim,
um espesso remanso faz girar,
de repente, lenta, docemente,
resgatados na superfície agitada de suas águas,
certos dias, certas horas do passado,
a que se agarra com fúria
a matéria mais íntima da minha vida.
Bóiam agora como troncos da balsa,
serena evidência de testemunhas fiéis,
e a eles me entrego neste longo presente de exílio.
No café, em casa de amigos, voltam com dor esvaída
Teruel, Jarama, Madrid, Irún, Somosierra, Valencia
e depois Perpignan, Arreglen, Dakar, Marsella.
À sua raiva me uno, à sua miséria
e esquecimento assim quem sou, donde venho,
até quando uma noite começa o bater da chuva
e água corre pelas ruas em silêncio
e um cheiro húmido
me devolve às grandes noites de Tolima
onde a desordem das águas
grita até à alvorada sua algazarra vegetal;
seu poder destronado, entre os ramos da sombra,
brota ainda na manhã
acalmando o borbulhar espesso do mel
nos puídos caldeiros de cobre.

E é então que peso meu exílio,
olhando a solidão insuperável do perdido
pelo que me cabe de morte antecipada
em cada hora, em cada dia de ausência
que preencho de assuntos e seres
cuja estranha condição me empurra para a cal definitiva
de um sonho que há-de roer suas próprias vestes,
feitas com casca de matérias desterradas
pelo tempo e o esquecimento.


(Trad. A.M.)

.

9.2.12

Álvaro Mutis (Como espadas em desordem)






Como espadas en desorden
la luz recorre los campos.
Islas de sombra se desvanecen
e intentan, en vano, sobrevivir más lejos.
Allí, de nuevo, las alcanza el fulgor
del mediodía que ordena sus huestes
y establece sus dominios.
El hombre nada sabe de estos callados combates.
Su vocación de penumbra, su costumbre de olvido,
sus hábitos, en fin, y sus lacerias,
le niegan el goce de esa fiesta imprevista
que sucede por caprichoso designio
de quienes, en lo alto, lanzan los mudos dados
cuya cifra jamás conoceremos.
Los sabios, entretanto, predican la conformidad.
Sólo los dioses saben que esta virtud incierta
es otro vano intento de abolir el azar.



Álvaro Mutis



[Poemas y poetas]





Como espadas em desordem
é a luz que percorre os campos.
Ilhas de sombra que se esfumam
e tentam, em vão, sobreviver mais além.
Aí de novo as alcança o fulgor
do meio-dia, que ordena as hostes
e estabelece seus domínios.
O homem nada sabe destes calados combates.
Sua vocação de sombra, seu costume de olvido,
seus hábitos, enfim, suas misérias,
negam-lhe o gozo dessa festa imprevista
devida ao caprichoso desígnio
dos que, lá em cima, lançam os mudos dados
cuja soma jamais conhecemos.
Os sábios, entretanto, predicam a conformidade.
Só os deuses sabem que esta virtude incerta
é outro vão intento de abolir o acaso.



(Trad. A.M.)

.

26.10.10

Álvaro Mutis (Encontro)






CITA




Bien sea en la orilla del río que baja de la cordillera
golpeando sus aguas contra troncos y metales dormidos,
en el primer puente que lo cruza y que atraviesa el tren
en un estruendo que se confunde con el de las aguas;
allí, bajo la plancha de cemento,
con sus telarañas y sus grietas
donde moran grandes insectos y duermen los murciélagos;
allí, junto a la fresca espuma que salta contra las piedras;
allí bien pudiera ser.
O tal vez en un cuarto de hotel,
en una ciudad adonde acuden los tratantes de ganado,
los comerciantes en mieles, los tostadores de café.
A la hora de mayor bullicio en las calles,
cuando se encienden las primeras luces
y se abren los burdeles
y de las cantinas sube la algarabía de los tocadiscos,
el chocar de los vasos y el golpe de las bolas de billar;
a esa hora convendría la cita
y tampoco habría esta vez incómodos testigos,
ni gentes de nuestro trato,
ni nada distinto de lo que antes te dije:
una pieza de hotel, con su aroma a jabón barato
y su cama manchada por la cópula urbana
de los ahitos hacendados.
O quizás en el hangar abandonado en la selva,
a donde arribaban los hidroaviones para dejar el correo.
Hay allí un cierto sosiego, un gótico recogimiento
bajo la estructura de vigas metálicas
invadidas por el óxido
y teñidas por un polen color naranja.
Afuera, el lento desorden de la selva,
su espeso aliento recorrido
de pronto por la gritería de los monos
y las bandadas de aves grasientas y rijosas.
Adentro, un aire suave poblado de líquenes
listado por el tañido de las láminas.
También allí la soledad necesaria,
el indispensable desamparo, el acre albedrío.
Otros lugares habría y muy diversas circunstancias;
pero al cabo es en nosotros
donde sucede el encuentro
y de nada sirve prepararlo ni esperarlo.
La muerte bienvenida nos exime de toda vana sorpresa.



Álvaro Mutis






Seja na margem do rio que desce da cordilheira
batendo suas águas contra troncos e metais adormecidos,
na primeira ponte que o comboio atravessa
com um estrondo que se confunde com o da corrente;
ali, sob a placa de cimento,
com suas teias de aranha e suas rachas
onde habitam grandes insectos e dormem os morcegos;
ali, junto da fresca espuma que salta contra as rochas;
bem podia ser ali.
Ou talvez num quarto de hotel,
numa cidade a que acorrem os criadores de gado,
os comerciantes de mel, os torradores de café.
À hora de mais bulício nas ruas,
quando as primeiras luzes se acendem
e abrem os bordéis
e sobe das tabernas a algaravia dos gira-discos,
o toque dos copos e o ruído das bolas de bilhar;
o encontro conviria a essa hora
e desta vez tão pouco haveria testemunhas incómodas,
nem pessoas do nosso trato,
nem nada diferente do que já te disse:
um quarto de hotel, com seu cheiro de sabonete barato
e sua cama manchada pela cópula urbana
dos donos da terra.
Ou talvez no hangar abandonado na selva,
onde arribavam os hidroaviões a deixar o correio.
Há ali um certo sossego, um recolhimento gótico
debaixo da estrutura de vigas metálicas
invadidas pela ferrugem
e tingidas por um pólen cor de laranja.
Fora, a desordem lenta da selva,
seu hálito espesso percorrido
de súbito pela gritaria dos símios
e dos bandos de aves belicosas.
Dentro, um ar suave povoado de líquenes
riscado pelo toque das lâminas.
Ali também a solidão necessária,
o desamparo indispensável, o amargo alvedrio.
Outros lugares haveria e diferentes circunstâncias;
mas ao fim e ao cabo em nós
é que se dá o encontro
e de nada serve prepará-lo ou esperá-lo.
A morte bem-vinda nos exime de toda a vã surpresa.


(Trad. A.M.)


.

12.5.10

Álvaro Mutis (Sonata)






SONATA




Otra vez el tiempo te ha traído
al cerco de mis sueños funerales.
Tu piel, cierta humedad salina,
tus ojos asombrados de otros días,
con tu voz han venido, con tu pelo.
El tiempo, muchacha, que trabaja
como loba que entierra a sus cachorros,
como óxido en las armas de caza,
como alga en la quilla del navío,
como lengua que lame la sal de los dormidos,
como el aire que sube de las minas,
como tren en la noche de los páramos.
De su opaco trabajo nos nutrimos
como pan de cristiano o rancia carne
que se enjuta en la fiebre de los guettos,
a la sombra del tiempo, amiga mía,
un agua mansa de acequia me devuelve
lo que guardo de ti para ayudarme
a llegar hasta el fin de cada día.



Álvaro Mutis







Outra vez te trouxe o tempo
ao redil dos meus sonhos funestos.
Tua pele, certa humidade salina,
teus olhos assombrados de outros dias,
vieram com tua voz, teu cabelo.
O tempo, miúda, que trabalha
como loba que enterra os filhos,
como óxido nas armas de caça,
como alga na quilha do navio,
como língua lambendo o sal dos adormecidos,
como o ar que sobe das minas,
comboio na noite da planície.
De seu opaco trabalho nos nutrimos
como pão ázimo ou carne rançosa
que se chuta na febre dos guetos,
à sombra do tempo, amiga minha,
uma água mansa de levada me devolve
o que guardo de ti
para ajudar-me a chegar
até ao fim de cada dia.


(Trad. A.M.)

.

21.9.09

Álvaro Mutis (Penso às vezes)








PIENSO A VECES...




Pienso a veces que ha llegado la hora de callar.
Dejar a un lado las palabras,
las pobres palabras usadas
hasta sus últimas cuerdas,
vejadas una y otra vez
hasta haber perdido
el más leve signo
de su original intención
de nombrar las cosas, los seres,
los paisajes, los ríos
y las efímeras pasiones de los hombres
montados en sus corceles
que atavió la vanidad
antes de recibir la escueta,
la irrebatible lección de la tumba.


Siempre los mismos,
gastando las palabras
hasta no poder, siquiera, orar con ellas,
ni exhibir sus deseos
en la parca extensión de sus sueños,
sus mendicantes sueños,
más propicios a la piedad y al olvido
que al vano estertor de la memoria.


Las palabras, en fin, cayendo
al pozo sin fondo
donde van a buscarlas
los infatuados tribunos
ávidos de un poder
hecho de sombra y desventura.


Inmerso en el silencio,
sumergido en sus aguas tranquilas
de acequia que detiene su curso
y se entrega al inmóvil
sosiego de las lianas,
al imperceptible palpitar de las raíces;
en el silencio, ya lo dijo Rimbaud,
ha de morar el poema,
el único posible ya,
labrado en los abismos
en donde todo lo nombrado
perdió hace mucho tiempo
la menos ocasión de subsistir,
de instaurar su estéril mentira
tejida en la rala trama de las palabras
que giran sin sosiego en el vacío
donde van a perderse
las necias tareas de los hombres.
Pienso a veces que ha llegado la hora de callar,
pero el silencio sería entonces
un premio desmedido,
una gracia inefable
que no creo haber ganado todavía.


Álvaro Mutis


[Club Cultura]







Penso às vezes que chegou a hora de estar calado.
Pôr de lado as palavras,
as pobres palavras usadas
até ao fio,
vexadas uma e outra vez
até perderem
o mais leve sinal da sua intenção primitiva
de nomear as coisas, os seres,
as paisagens, os rios
e as efémeras paixões dos homens
montados em seus corcéis
que a vaidade aparelhou
antes de receber a curta,
a irrebatível lição da tumba.


Sempre os mesmos,
gastando as palavras
até não poder, sequer, orar com elas,
nem exibir os desejos
na parca extensão dos sonhos,
seus mendicantes sonhos,
mais propícios à piedade e ao olvido
que ao vão estertor da memória.


As palavras, enfim, caindo
ao poço sem fundo
onde vão buscá-las
os enfatuados tribunos
ávidos de um poder
feito de sombra e desventura.


Imerso no silêncio,
mergulhado em suas águas tranquilas
de levada que detém o seu curso
e se entrega ao imóvel
sossego das lianas,
ao imperceptível palpitar das raízes;
no silêncio, como disse Rimbaud,
há-de morar o poema,
o único possível já,
lavrado nos abismos
onde tudo o que é nomeado
perdeu há muito tempo
a menor ocasião de subsistir,
de instaurar sua estéril mentira
tecida na trama rala das palavras
que giram sem descanso no vazio
onde se perdem
as néscias tarefas dos homens.
Penso às vezes que chegou a hora de estar calado,
mas o silêncio seria então
um prémio desmedido,
uma graça inefável
que eu não creio ter ainda alcançado.



(Trad. A.M.)

.

22.4.09

Álvaro Mutis (Lied da noite)










LIED DE LA NOCHE






Y, de repente,
llega la noche
como un aceite
de silencio y pena.
A su corriente me rindo
armado apenas
con la precaria red
de truncados recuerdos y nostalgias
que siguen insistiendo
en recobrar el perdido
territorio de su reino.
Como ebrios anzuelos
giran en la noche
nombres, quintas,
ciertas esquinas y plazas,
alcobas de la infancia,
rostros del colegio,
potreros, ríos
y muchachas
giran en vano
en el fresco silencio de la noche
y nadie acude a su reclamo.
Quebrantado y vencido
me rescatan los primeros
ruidos del alba,
cotidianos e insípidos
como la rutina de los días
que no serán ya
la febril primavera
que un día nos prometimos.



Álvaro Mutis








E, de repente,
chega a noite
como um óleo
de silêncio e mágoa.
à sua corrente me rendo
armado apenas
da precária rede
de truncadas lembranças e saudades
que vão insistindo sempre
em retomar o perdido
território do seu reino.
Como ébrios anzóis
rodam na noite
nomes, quintas,
certas esquinas e praças,
alcovas da infância,
caras do colégio,
campinas, rios
e raparigas
rodam em vão
no silêncio fresco da noite
e ninguém acorre à chamada.
Quebrantado e vencido
me resgatam os primeiros
ruídos da alba,
diários e insípidos
como a rotina dos dias
que não serão já
a primavera febril
que um dia nos prometemos.


(Trad. A.M.)


.


1.9.08

Álvaro Mutis (Amen)








AMÉN





Que te acoja la muerte
con todos tus sueños intactos.
Al retorno de una furiosa adolescencia,
al comienzo de las vacaciones que nunca te dieron,
te distinguirá la muerte con su primer aviso.
Te abrirá los ojos a sus grandes aguas,
te iniciará en su constante brisa de otro mundo.
La muerte se confundirá con tus sueños
y en ellos reconocerá los signos
que antaño fuera dejando,
como un cazador que a su regreso
reconoce sus marcas en la brecha.




Álvaro Mutis





Fontes: Club Cultura (sítio oficial) / Poesi.as (36p) / A media voz (17p)