18.2.23

Álvaro Mutis (Cada poema)




CADA POEMA

 

Cada poema un pájaro que huye
del sitio señalado por la plaga.
Cada poema un traje de la muerte
por las calles y plazas inundadas
en la cera letal de los vencidos.
Cada poema un paso hacia la muerte,
una falsa moneda de rescate,
un tiro al blanco en medio de la noche
horadando los puentes sobre el río,
cuyas dormidas aguas viajan
de la vieja ciudad hacia los campos
donde el día prepara sus hogueras.
Cada poema un tacto yerto
del que yace en la losa de las clínicas,
un ávido anzuelo que recorre
el limo blando de las sepulturas.
Cada poema un lento naufragio del deseo,
un crujir de los mástiles y jarcias
que sostienen el peso de la vida.
Cada poema un estruendo de lienzos que derrumban
sobre el rugir helado de las aguas
el albo aparejo del velamen.
Cada poema invadiendo y desgarrando
la amarga telaraña del hastío.
Cada poema nace de un ciego centinela
que grita al hondo hueco de la noche
el santo y seña de su desventura.
Agua de sueño, fuente de ceniza,
piedra porosa de los mataderos,
madera en sombra de las siemprevivas,
metal que dobla por los condenados,
aceite funeral de doble filo,
cotidiano sudario del poeta,
cada poema esparce sobre el mundo
el agrio cereal de la agonía.

Álvaro Mutis

[Tiberiades]

 

 

Cada poema um pássaro que foge
do sítio assinalado pela praga.
Cada poema um traje da morte
por ruas e praças inundadas
na cera letal dos vencidos.
Cada poema um passo para a morte,
uma falsa moeda de resgate,
um tiro ao alvo a meio da noite
perfurando as pontes sobre o rio,
cujas águas viajam adormecidas
da velha cidade para os campos
onde o dia prepara as fogueiras.
Cada poema um toque rígido
daquele que jaz na lousa das clínicas,
ávido anzol que percorre
a lama mole das sepulturas.
Cada poema um lento naufrágio do desejo,
um ranger dos mastros e enxárcias
que sustentam o peso da vida.
Cada poema um estrondo de panos que derrubam
sobre o rugir gelado das águas
o branco aparelho das velas.
Cada poema invadindo e rasgando
a teia amarga do tédio.
Cada poema nasce de uma cega sentinela
gritando no fundo vazio da noite
o santo e senha da sua desventura.
Água de sonho, fonte de cinza,
pedra porosa dos matadouros,
madeira à sombra das sempre-vivas,
metal dobrando por condenados,
óleo fúnebre de duplo fio,
sudário de cote do poeta,
cada poema esparze sobre o mundo
o cereal acre da agonia.


(Trad. A.M.)

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