7.3.10

Gabriel Celaya (Todas as manhãs)






TODAS LAS MAÑANAS, CUANDO LEO EL PERIÓDICO




Me asomo a mi agujero pequeñito.
Fuera suena el mundo, sus números, su prisa,
sus furias que dan a una su zumba y su lamento.
Y escucho. No lo entiendo.


Los hombres amarillos, los negros o los blancos,
la Bolsa, las escuadras, los partidos, la guerra:
largas filas de hombres cayendo de uno en uno.
Los cuento. No lo entiendo.


Levantan sus banderas, sus sonrisas, sus dientes,
sus tanques, su avaricia, sus cálculos, sus vientres
y una belleza ofrece su sexo a la violencia.
Lo veo. No lo creo.


Yo tengo mi agujero oscuro y calentito.
Si miro hacia lo alto, veo un poco de cielo.
Puedo dormir, comer, soñar con Dios, rascarme.
El resto no lo entiendo.




Gabriel Celaya



[Cervantes]






Assomo ao meu buraco pequenino.
De fora soa o mundo, seus números, sua pressa,
suas fúrias que nos dão sua tunda e seu lamento.
E escuto. Não entendo.


Os homens amarelos, os negros ou os brancos,
a Bolsa, as esquadras, os partidos, a guerra:
longas filas de homens caindo um a um.
Conto-os. Não entendo.


Erguem as bandeiras, os sorrisos, os dentes,
os tanques, a avareza, os cálculos, os ventres
e uma beldade oferece o sexo à violência.
Vejo. Não acredito.


Eu tenho o meu buraco escuro e quentinho.
Se olhar para cima, vejo um pouco de céu.
Posso dormir, comer, sonhar com Deus ou coçar-me.
O resto não entendo.


(Trad. A.M.)

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