BEDFORD STREET
Ella me dio el cuchillo y dijo: «Clávalo
en el segundo espacio intercostal».
«¿Cuál es?», le pregunté. Se abrió la blusa
y señaló, risueña, un punto: «Aquí».
Algo debía de haber en aquel viaje
que lo hizo diferente. Más intenso.
Se veían más cosas. Ascendíamos
a inéditos sonidos y colores.
No había confusión. Hasta el detalle
más ínfimo nos era comprensible.
Sugerí: «¿Por qué no con barbitúricos?»
«Es lento», me objetó. «Ya lo he probado.
Y el lavado de estómago es horrible.
Como un trauma mental, pero en lo físico»
Sustituí su dedo por el mío
y apoyé allí el cuchillo suavemente.
Y lo empujé de súbito. No fuera
que cambiara de idea si iba lento.
José María Fonollosa
Ela deu-me o punhal, dizendo: “Espeta aí,
no segundo espaço intercostal”.
“Onde?”, perguntei. Abriu a blusa
e assinalou, risonha, um ponto: “Aqui”.
Algo devia haver nessa viagem
que a fez diferente. Mais intensa.
Viam-se mais coisas. Ascendíamos
a inéditos sons e cores.
Não havia engano. Até o detalhe
mais ínfimo nos era compreensível.
Sugeri: “Porque não com barbitúricos?”
“É lento”, objectou-me. “Já experimentei.
E é horrível a lavagem do estômago.
Como um trauma mental, mas no físico”.
Substituí o dedo dela pelo meu
e apoiei o punhal aí, suavemente.
E carreguei-lhe, de repente. Não fosse
ela mudar de ideia, entretanto.
(Trad. A.M.)
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