20.10.14

César Simón (Despedida)





DESPEDIDA



He venido, ya lo comprendes bien, sólo por una tarde;
he venido a decirte que todo da lo mismo.
Vivir es finalmente un duro encuentro
en un lugar vacío.
Te contemplo. Estás muda, ahí arriba;
arriba, bajo el techo,
junto a la viga.
En esta habitación de los días remotos
te apareces,
en esa mancha en la pared,
alegre o triste, ya no importa mucho,
puesto que nada habremos de decirnos.
¿Te quise? Qué pregunta.
Y es que lo vano del presente,
su ingravidez,
la dispersión de tantos días
todo lo pone en duda: tú, yo mismo.
¿Y te guardo rencor?
Obvio es que no, con tales presupuestos.
La verdad es la suma
de un tiempo ya vencido.
A esa mancha, debajo de la viga,
no le guardo rencor, tampoco.
Ya digo, es más complejo
-y es peor, todavía.
Así pues, te contemplo, simplemente.
Estás ahí, sentada,
en ningún tiempo ya,
duende de mi extravío.
Y, si quisiera hablarte,
peor sería.
La palabra levanta mucho polvo.
En esta transparencia
donde el mundo se aclara,
no es que me encuentre bien,
pero respondo a propia lejanía.
He seguido viviendo.
Ya sabes: duro lecho.
Aquí todo empezó y concluye todo.
Adiós. Al menos, es verdad
que estás ahí, callada,
como todas las cosas,
como si nunca hubieran existido.

César Simón



Eu vim, estás a ver, só por uma tarde,
vim dizer-te que dá tudo no mesmo.
Viver é afinal um duro encontro
num lugar vazio.
Contemplo-te. Estás muda, aí em cima;
em cima, por baixo do telhado,
ao pé da viga.
Apareces neste quarto de dias remotos,
nessa mancha da parede,
alegre ou triste, importa pouco,
já que nada temos para dizer.
Amei-te? Olha que pergunta,
aliás o presente vão,
a sua falta de peso,
a dispersão dos dias,
tudo o põe em dúvida, tu, mesmo eu.
Se te tenho raiva?
Está visto, é claro que não.
A verdade é a suma
de um tempo corrido.
Essa mancha, por baixo da viga,
também não lhe tenho rancor.
Digo mesmo, é mais complicado
- e até pior, por sinal.
Por isso te contemplo, simplesmente.
Aí estás, sentada,
fora do tempo,
duende de perdição.
E pior seria,
se eu te quisesse falar,
pois levanta muito pó a palavra.
Nesta transparência
em que o mundo se aclara
não posso dizer que estou bem,
mas reajo perante a distância.
Continuei a viver.
Leito duro, sabes bem.
Adeus. Ao menos, estás aí,
em verdade, calada,
como todas as coisas,
como se nunca tivessem existido.

(Trad. A.M.)

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