No es una desgracia
abrir los ojos
ni tener despiertos los deseos
y estar triste y solo y pensando.
Y no ser de
aquellos que consiguieron
su placer a ciegas para cegarse;
su televisión después del cine,
sus bailes, su ruido, sus limonadas;
pero que a la medianoche se sientan,
pesados de sueño, densos, bestiales,
y gritan y luchan sobresaltados
para desterrar su pesadilla.
Bienaventurados los
que padecen
la nostalgia, el miedo de estar a solas,
la necesidad del amor; los hombres,
las mujeres tiernas de ojos amargos;
los que en su comida han recibido
lo gordo del caldo del sufrimiento.
Porque de ellos es
la desesperanza
el insomnio, el
llanto seco, las rejas
de todas las cárceles, el hambre,
y la fuerza lírica y el impulso
para desquiciar la desventura.
Rubén Bonifaz Nuño
nem ter o desejo desperto
e estar triste e só e pensativo.
E não ser desses que conseguem
o prazer às cegas para cegar;
a televisão depois do cinema,
os seus bailes, seu ruído, suas
limonadas;
mas que se sentam à meia-noite,
pesados de sono, densos, bestiais,
e gritam e lutam com sobressalto
para afastar os pesadelos.
Bem-aventurados os que padecem
da saudade, do medo de estar sós,
da necessidade de amor; os homens,
as mulheres ternas de olhos amargos;
os que receberam à mesa
a olha do caldo do sofrimento.
Porque deles é o desespero,
a insónia, o pranto sem lágrimas,
as grades do cárcere, a fome,
e a força lírica e o impulso
para enterrar a desventura.
(Trad. A.M.)