PERDONA, HABLABA EN VOZ ALTA
En serio te apetece que sea sincero?
Si no esperas nada de nadie
nunca podrán defraudarte.
La esperanza es ese reloj
que siempre marca la hora inexacta.
¿Si no escoges el camino equivocado alguna vez
como coño vas a saber cual era el correcto?
Dentro de la felicidad uno no sabe con certeza si está triste.
Pero dentro de la tristeza todos sabemos cuando éramos felices.
Y el amor, bueno, como decirte para que lo entiendas,
que no es más que la excusa de quererse
a través de otra persona
y que así no parezca egocentrismo.
Es más fácil si te miras a sus ojos,
el espejo nunca dijo una mentira.
Y seamos realistas ya de paso,
nadie se ha muerto por nadie todavía.
El amor no mata aunque siempre muera.
Porque muere,
aunque ahora te estén brillando los ojos
y tengas cosquillas dentro del estómago
y veas rinocerontes azules si te place
o digas frases eternas
que suenen como eco en el oído ajeno,
un día sin saber como
el uno más uno se hace dos
y dos es siempre demasiado.
Y tres es el número siguiente.
La amistad bueno, si tienes suerte
nadie te defraudará del todo.
También hay gente a la que le toca de vez en cuando la lotería.
Por lo general tus mejores amigos si pudieran
se follarían a tu novia.
Y tú novia a tus mejores amigos.
A veces la vida se reduce a un simple coño.
¿La verdad dices?
La fidelidad es el poder absoluto
de serte infiel a ti mismo.
La ignorancia hace la sonrisa.
La sonrisa es la que consigue la envidia.
La envidia la que crea el odio.
Si le temes a la soledad
es porque ni siquiera tú
eres capaz de soportarte.
No conseguirás jamás olvidar aquello que necesitas quitarte de encima.
Sin embargo un día necessitarás recordar ciertas cosas
y solo hallarás el olvido.
Es más fácil hacer memoria si te duele.
Y todas esas veces que parecen para siempre,
tienen un límite,
todas las promesas una fecha de caducidad,
todas las personas una etiqueta con su precio.
(Yo alguna vez solo he valido un par de besos)
Y di ahora todo aquello que tienes que decir
porque mañana siempre es tarde,
de hecho a veces ni siquiera hay un mañana.
Y no hay nada más jodido que el silencio
cuando una sola palabra bastaría
para joderle los planes a la muerte.
La realidad es que solo hay una cosa sincera del todo
imposible de camuflar ni con tu mejor mueca
y es el deseo.
Y ahora deseo que olvides todo esto que he escrito
y te vengas a dormir conmigo.
¿ O todavía quieres que siga siendo sincero?
Ernesto Pérez Vallejo
[
Los lunes que te debo]
A sério, queres que eu seja sincero?
Se não contares com nada de ninguém
nunca te poderão defraudar.
A esperança é aquele relógio
que marca sempre a hora errada.
Mas se não escolheres um dia o caminho errado
como raio vais saber qual era o correcto?
Dentro da felicidade a gente não sabe ao certo se está triste.
Mas dentro da tristeza sabemos logo quando éramos felizes.
E o amor, bem, como fazer-to entender,
não passa de uma desculpa para se amar
a si mesmo através de outra pessoa,
sem se parecer egocêntrico.
É mais fácil mirar-se nos olhos de outrem,
o espelho nunca mente.
E vamos ser realistas, para já,
ninguém ainda se matou por ninguém.
O amor não mata, embora morra sempre.
Porque morre,
apesar de agora teres esse brilho nos olhos
e cócegas na barriga
e veres rinocerontes azuis se quiseres
ou de dizeres frases eternas
soando como eco no ouvido alheio,
um mais um fazem dois
e dois é sempre demasiado.
E três é o número seguinte.
A amizade bem, se tiveres sorte
ninguém te defraudará de todo,
aliás há gente a quem sai de vez em quando a lotaria.
Assim em geral, os teus melhores amigos
dariam bem uma queca na tua amada, se pudessem.
E a tua amada, idem, aspas.
A vida às vezes reduz-se a uma simples greta.
A verdade, dizes?
A fidelidade é o poder absoluto
de seres infiel a ti mesmo.
A ignorância gera o sorriso,
o sorriso é produto da inveja,
a inveja derivada do ódio.
Se temes a solidão
é porque nem tu mesmo
consegues suportar-te.
Aquilo que precisas tirar de cima nunca vais esquecer;
em todo o caso, um dia precisarás de lembrar certas coisas
e só olvido acharás.
O que te dói é mais fácil de lembrar.
E essas vezes todas que parecem para sempre
têm um limite,
todas as promessas um prazo de caducidade,
todas as pessoas uma etiqueta com o preço.
(No meu caso, em certa ocasião, apenas um par de beijos).
E tu, vá lá, diz agora tudo o que tens a dizer,
que amanhã será tarde demais,
às vezes nem amanhã há.
E não há nada mais chato do que o silêncio
quando uma só palavra bastava
para trocar os planos à morte.
A verdade é que só há uma coisa sincera
totalmente impossível de disfarçar,
o desejo.
E o que eu desejo agora é que esqueças
tudo isto que aqui deixo escrito
e que venhas para a cama comigo.
Ou ainda queres que continue a ser sincero?
(Trad. A.M.)
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