Hora tras hora, día tras día,
Entre el cielo y la tierra que quedan
Eternos vigías,
Como torrente que se despeña
Pasa la vida.
Devolvedle a la flor su perfume
Después de marchita;
De las ondas que besan la playa
Y que una tras otra besándola expiran
Recoged los rumores, las quejas,
Y en planchas de bronce grabad su armonía.
Tiempos que fueron, llantos y risas,
Negros tormentos, dulces mentiras,
¡Ay!, ¿en dónde su rastro dejaron,
En dónde, alma mía?
Rosalía de Castro
[
Mi manera de estar solo]
Hora após hora, dia após dia,
entre céu e terra, eternos vigias,
é a vida que passa,
como torrente imparável.
Devolva-se à flor seu perfume
depois de murcha;
às ondas que beijam a praia
e que se enrolam uma após outra
tomem-se queixas e rumores,
gravando-as em tábuas de bronze.
O tempo passado, os prantos e risos,
negros tormentos, doces mentiras,
ai, onde é que deixaram o rasto,
onde é que foi, alma minha?
(Trad. A.M.)
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