19.12.16

Adolfo Cueto (Clarões na noite)





DESTELLOS EN LA NOCHE



Estos destellos que ahora me hablan
de ti, que bailan en lo alto, que golpean en
todos los cristales, en muy altas cornisas, antenas,
azoteas, contra esa simetría
de aparatos metálicos, de opacos
rascacielos; estos breves reflejos
de qué, que nos convocan; este parpadear
de luces en la noche, que me lleva
ciegamente hasta ti: esta insomne
llamada, esta muda caricia que ha dejado un zarpazo,
una gran quemazón sin distancia
ni olvido…

Van viniendo
de lejos –parece. A la velocidad
de la luz, llegan estos reflejos,
que son –¿cómo decir?– un gran morse
velado, un calambre de lumbre: son vislumbres
fugaces. Aluminio
diluido, su fulgor disolviéndose
clandestino, instantáneo. Como un guiño de ojos
que conduce hasta el alba.
Porque ya ha amanecido, y es de día –ya
sabes; y hace un día imponente, luce un sol
sin matices. Y el sol pega en lo alto –más arriba, aún
más alto– en las altas cornisas
del amor.


Adolfo Cueto




Estes clarões que agora me falam
de ti, que bailam lá no alto, que batem
nos vidros, nas cornijas muito altas, antenas,
açoteias, contra essa simetria
de aparelhos metálicos, de opacos arranha-céus;
estes breves reflexos,
que nos interpelam; este piscar
de luzes na noite, que cegamente me leva até ti,
este apelo insone, esta muda carícia
que deixou um rasgão,
uma queimadura sem remição.

Vão chegando
de longe – parece. À velocidade
da luz, vêm estes reflexos,
que são – como dizer? – um grande morse
velado, uma convulsão de lume, são vislumbres
fugazes. Diluído
alumínio, seu fulgor se dissolvendo
clandestino, instantâneo. Como um piscar de olhos
que conduz até à aurora.
Porque amanheceu já, é dia claro – estás sabendo;
e é um dia imponente, de sol sem matizes.
E o sol cola-se, lá no alto – mais acima, mais
alto ainda – nas altas cornijas do amor.

(Trad. A.M.)



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