(XIV)
Aunque ya sabes que nunca se vuelve, vuelve a casa,
acepta la pequeña mentira como un guiño
antes de que el invierno te sorprenda
bajo un árbol de ramas despojadas:
acá se acaba el bosque,
el que creció en tus sueños
aun antes de que tus manos rozaran la corteza:
la llanura que se extiende ante tus ojos
como un mar envuelto en luminosa niebla
no tiene por qué ser el desamparo
que se abraza a tus huesos:
todo ha sido un juego de niños,
donde las reglas eran
inocentes trampas consentidas.
Alberto Szpunberg
[
Marcelo Leites]
Embora saibas que nunca se volta, volta a casa,
aceita a pequena mentira como um piscar
antes de o Inverno te surpreender
debaixo da árvore de ramos despojados:
aqui se acaba o bosque
o que cresceu nos teus sonhos
antes de as tuas mãos tocarem a casca:
o chão que se estende a teus olhos
como mar envolto em névoa luminosa
não tem por que ser o desamparo
que se abraça a teus ossos:
foi tudo uma brincadeira de crianças
em que as regras eram
inocentes enganos consentidos
(Trad. A.M.)
.