HACIA EL INTERNADO
Las estaciones,
esos lugares de paso,
tan poéticos, sí,
tan cinematográficos…
Salvo
cuando el tren que parte es el tuyo,
y ves –desde el último vagón–
la figura de tu madre en el andén,
enviándote besos por el aire
y haciéndose cada vez
más pequeña bajo la lluvia;
como te haces más pequeño tú,
que miras tu mano y te falta la suya,
y solo tienes cinco años,
y ni siquiera sabes
quién te espera allí.
Karmelo C. Iribarren
[
Escrito en el viento]
As estações,
esses lugares de passagem,
tão poéticos, sim,
tão cinematográficos.
Salvo
quando o comboio que parte é o teu,
e vês – da última carruagem –
a figura da tua mãe na plataforma,
a mandar-te beijos pelo ar
e a fazer-se cada vez
mais pequena sob a chuva;
como tu também te fazes mais pequeno,
e olhas a tua mão e falta-te a dela,
e tens só cinco anos,
e nem sequer sabes
quem te espera no destino.
(Trad. A.M.)
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