25.2.12
José Luis Piquero (A vida das moscas)
LA VIDA DE LAS MOSCAS
Nosotros no dormimos. Hay un gesto
de araña en cada sombra amenazante
y el silencio se llena de presagios.
No dormimos. Quemamos
las horas como extraños cigarrillos.
Sabemos que ahí afuera la vida es deseable,
las chicas huelen bien,
y nada de eso es nuestro.
No podemos dormir, no hemos dormido nunca.
A veces alguien mira, de perfil, preguntándose
con dolor qué esperamos
desde hace tanto tiempo. Las arañas,
las arañas. No hemos dormido nunca.
Y pasamos los días con los ojos abiertos
como esos tragaluces que miran desde un sótano.
Ya nos duelen los párpados
y alguien dice palabras,
el mundo está bien hecho, simplemente
nuestra vida es así.
Ojalá nos muriésemos como quien no ha vivido,
que un soplo nos borrase la arena de los labios,
sin huellas y sin humo, apagando la luz.
Ah, si por fin durmiéramos, no puedo imaginarlo.
Tus labios cantarían una canción de cuna.
Más también las arañas... Hay un gesto
de mosca en cada sombra. Oh, Señor de las Moscas,
la vida es un infierno.
Nosotros no dormimos, igual que las arañas,
cristales y arenilla bajo la nuca insomne.
Ellas tejen sus redes.
Por si las moscas.
José Luis Piquero
[Un rincón para la poesía]
Nós cá não dormimos. Há um gesto
de aranha em cada sombra ameaçadora
e o silêncio enche-se de presságios.
Não dormimos. Queimamos
as horas como estranhos cigarros.
Sabemos que lá fora a vida é agradável,
as raparigas cheiram bem,
e nada disso nos pertence.
Não podemos dormir, não dormimos nunca.
Às vezes, alguém olha, de lado, a perguntar-se,
condoído, o que é que esperamos,
há tanto tempo. As aranhas,
são as aranhas. Não dormimos nunca.
E passamos os dias de olhos abertos,
como essas clarabóias que iluminam as caves.
Doem-nos já os olhos
e alguém diz coisas,
o mundo é perfeito, mas
é assim a nossa vida.
Quem nos dera morrer como quem não viveu,
e que um sopro nos tirasse a areia dos lábios,
sem marcas nem fumo, apagando a luz.
Ah, se enfim dormíssemos, nem consigo imaginar.
Teus lábios cantariam uma canção de embalar.
Mas também as aranhas... Há um gesto
de mosca em cada sombra. Oh, Senhor das Moscas,
a vida é um inferno.
Nós cá não dormimos, tal como as aranhas,
vidros e areia sob a cabeça insone.
Elas tecem suas teias.
Para o caso de as moscas.
(Trad. A.M.)
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