3.1.10

Juan Carlos Mestre (Falo contigo)









HABLO CONTIGO




Hablo contigo, ignoro dónde estás, hacia qué luz busca mi Ser el eco en que te escucho.

No hay usura en tu voz, yo sé que un aire limpio te respira, que algo redentor, alguna claridad que arrastra el río lleva el pensamiento tuyo.

Hablo contigo, una intacta pasión vive en tu fósforo, una única luz que no se apaga mientras la muerte fluye, mientras la muerte sufre esta palabra.

Y hablo, hablo contigo alrededor de un hueco, alrededor de mí como el que gira mutuo, como aquel que dentro de nosotros es próximo y se acerca con su haz luminoso de pureza.

Hablo ante el destino que imagina el hombre, eso de desvalido, eso de delirante y turbio hablo contigo. Y es de noche, es de noche en los dos como metal oscuro, y vemos como largamente la verdad extiende su único hilo de saliva, un único alfabeto en el rumor de todos.

Hablo contigo, oh bondad compartida de quien es silencioso, sombra de esa sombra que aletea y es vuelo de semejante elocuencia, el que escribe, el que escucha, el que lámina a lámina va enhebrando en el eco una voz que responde, esa voz en mí mismo, la que nos alumbra y persuade desde más allá de la muerte.



Juan Carlos Mestre







Falo contigo, não sei onde estás, nem a que luz busca meu Ser o eco em que te escuto.

Não há usura na tua voz, sei que um ar limpo te respira, que algo de redentor, alguma claridade arrastada pelo rio leva o teu pensamento.

Falo contigo, uma intacta paixão vive em teu fósforo, uma só luz que não se apaga enquanto a morte flui, enquanto a morte sofre essa palavra.

E falo, falo contigo sobre um buraco, sobre mim ou esse que está próximo dentro de nós e se chega com seu rosto luminoso de pureza.

Falo perante o destino imaginado pelo homem, desamparado, delirante e turvo, falo contigo. E é de noite, noite nos dois como escuro metal, vendo a verdade estender longamente seu fio de saliva, um alfabeto único do rumor de todos.

Falo contigo, ó bondade partilhada de quem é silêncio, sombra dessa sombra que adeja, quem escreve, quem escuta, quem lâmina a lâmina vai desfibrando no eco uma voz que responde, essa voz dentro de mim, essa que nos ilumina e persuade do outro lado da morte.


(Trad. A.M.)

.