A la noche se empiezan
a encender las preguntas.
Las hay distantes, quietas,
inmensas, como astros:
preguntan desde allí
siempre
lo mismo:
cómo eres ?
Otras,
fugaces y menudas,
querrían saber cosas
leves de ti y exactas:
medida de tus zapatos,
nombre de la esquina del mundo
dónde me esperarías.
Tú no las puedes ver,
pero tienes el sueño
cercado todo él
por interrogaciones
mías.
Y acaso alguna vez
tú, soñando, dirás
que sí, que no, respuestas
de azar y de milagro
a preguntas que ignoras,
que no ves, que no sabes.
Porque no sabes nada...
y cuando te despiertas,
ellas se esconden, ya
invisibles, se apagan.
Y seguirás viviendo
alegre, sin saber
que en media vida tuya
estás siempre cercada
de ánsias, de afán, de anhelos,
sin cesar preguntándote
eso que tú no ves
ni puedes contestar.
Pedro Salinas
[
Mi manera de estar solo]
À noite começam
a acender-se as perguntas.
Há-as distantes, serenas,
imensas, como astros:
perguntam dali
sempre
o mesmo:
como és?
Outras,
miúdas e fugazes,
pretenderiam saber de ti
coisas de nada, exactas:
a medida do teu calçado,
o nome da esquina do mundo
onde me esperarias.
Não podes vê-las, tu,
mas tens o sono
cercado todo
por interrogações
minhas.
E um dia, acaso,
tu dirás, sonhando,
que sim, que não, respostas
de acaso e milagre
a perguntas que ignoras,
que não vês, que não sabes.
Porque não sabes de nada...
e quando acordas,
elas escondem-se,
invisíveis se fazem,
e apagam-se.
E alegre seguirás
a tua vida, sem saber
que a meio dela te encontras
cercada de ânsia, de afã, de anelos,
perguntada continuamente
sobre aquilo que não vês
nem podes responder.
(Trad. A.M.)
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