AGUA DE LLUVIA
Mamá venía cantando por el pasillo a despertarme:
con los ojos aún cerrados yo olía la lluvia.
Mamá se alegraba
por todos las plantas, los huertos y los árboles
que recibían el agua
lejos
muy lejos
de nuestro bloque de diez pisos.
Mamá estaba viendo borbotear la fuente de su pueblo
desbordarse acequias y arroyos
a las viejas echarse el manto
por encima de la cabeza
y las hojas y ramas goteando
murmurando melodías que se colaban
en su casa triste
con muertos y sin radio.
Yo no entendía aquel refrán
que ella murmuraba de vuelta a la cocina:
agua de lluvia no quita riego.
Yo no sabía entonces
que las madres pueden ser
flores sedientas.
Ana Pérez Cañamares
Mamã vinha-me acordar cantando pelo corredor,
eu cheirava a chuva de olhos ainda fechados.
Mamã alegrava-se
pelas plantas, quintais e árvores
que recebiam a água
longe
muito longe
do nosso lote de dez pisos.
Mamã estava a ver borbotar a fonte da sua terra
transbordar regos e arroios
a ver as velhas pôr o xaile
por cima da cabeça
e as folhas e ramos a gotejar
murmurando melodias que se enfiavam
na sua casa triste
sem rádio e com mortos.
Eu não entendia aquele refrão
que ela entoava no regresso à cozinha:
água de chuva não dispensa rega.
Eu não sabia então
que as mães podem ser
flores sedentas.
(Trad. A.M.)
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