LUIS CERNUDA
En Madrid, donde me dieron la noticia de tu
muerte, Sevilla, años después, en una extraña
primavera, en Londres, repitiendo tantas veces
el sonido de tu voz, el roce de tu
mano. En Nueva York, mirando
caer la nieve -junto aquel cuerpo que
tanto quise-
y en México, bajo la lluvia, frente a la piedra rajada,
que nada guarda sino tu nombre y la ceniza de un
recuerdo, has estado conmigo, fantasma de un fantasma.
Y esta tarde de Roma -en la casa en que muriera Keats-
bajo la luz transparente de principios de otoño,
he vuelto a sentir, casi un temblor, tu presencia,
la terca pasión de tu memoria,
algo remoto y familiar como tu fotografía.
Que esa presencia, esa memoria me acompañen
hasta el día en que sean reflejo fiel,
testimonio inútil de un sueño derrotado
y una mano cierre mis ojos para siempre.
Juan Luis Panero
Em Madrid, onde me deram a notícia da
tua morte, Sevilha, anos depois, numa
estranha primavera, em Londres, repetindo
tanta vez o som da tua voz, o toque da
tua mão. Em Nova Iorque, olhando a neve a
cair – junto àquele corpo que tanto amei –
e no México, sob a chuva, em frente da
pedra rachada, que nada guarda senão o
teu nome e a cinza de uma lembrança,
estiveste comigo, fantasma dum fantasma.
E nesta tarde em Roma – na casa onde
Keats morreu – sob a luz transparente do
princípio de Outono, tornei a sentir, quase
um tremor, a tua presença, a paixão
persistente da tua memória,
algo remoto e familiar como o teu retrato.
Que essa presença, essa memória me
acompanhem até ao dia de serem reflexo
fiel, testemunho inútil dum sonho
derrotado e uma mão cerrar meus olhos
para sempre.
(Trad. A.M.)
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