9.2.15

Joan Margarit (Aqueles tempos)





AQUELLOS TIEMPOS



Como todos los días, antes de que amanezca,
cojo el coche y me voy a nadar.
Está lloviendo y hace frío, avanzo
rodeado por la danza de otros faros
tras el velo de lluvia de las calles.

Llego al aparcamiento, entre las pistas
y la piscina, cuando ya amanece.
Bajo del coche y veo allá en el suelo
la pelota de tenis, recubierta
de suave lana y empapada de agua.
Una amarilla, enorme perla
sobre los adoquines que relucen
duros y barnizados por la lluvia.

Me sorprende un recuerdo. Viene de los azules
cielos de una miseria afectuosa y gris,
sin pérgolas ni tenis. Qué alegría
si yo hubiese encontrado esta pelota,
que entonces parecía tan suntuosa,
tan humillada ahora por la lluvia.

Mi soledad, lo mismo que la suya,
ha perdido hace tiempo su prestigio.
Veo en el suelo del aparcamiento
todo lo que he amado y no podré
salvar nunca del frío y de la lluvia.


JOAN MARGARIT
No estaba lejos, no era difícil
(2011)

[Mediterraneo sur]



Como todos os dias, antes de amanhecer,
pego no carro e vou nadar.
Está a chover e faz frio, avanço
pela dança de outros faróis
através do véu de chuva das ruas.

Chego ao estacionamento, entre as pistas
e a piscina, quando já amanhece.
Saio do carro e vejo adiante
uma bola de ténis, coberta
por uma lã empapada de água.
Uma pérola enorme, amarela,
sobre os paralelos a reluzir,
duros e envernizados da chuva.

E vem-me, de surpresa, uma lembrança.
Dos céus azuis de uma miséria afectuosa,
cinzenta, sem pérgolas nem ténis. Que alegria
se eu tivesse encontrado esta bola,
que então parecia tão sumptuosa,
e tão humilhada agora pela chuva.

A minha solidão, tal como a sua,
perdeu faz tempo o seu prestígio.
Vejo no chão do estacionamento tudo
aquilo que amei e não poderei
salvar nunca do frio e da chuva.

(Trad. A.M.)

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