5.9.23

Jaime Gil de Biedma (Paris, postal do céu)


 



PARÍS, POSTAL DEL CIELO 

 

Ahora, voy a contaros
cómo también yo estuve en París, y fui dichoso. 

Era en los buenos años de mi juventud,
los años de abundancia
del corazón, cuando dejar atrás padres y patria
es sentirse más libre para siempre, y fue
en verano, aquel verano
de la huelga y las primeras canciones de Brassens,
y de la hermosa historia
de casi amor. 

Aún vive en mi memoria aquella noche,
recién llegado. Todavía contemplo,
bajo el Pont Saint Michel, de la mano, en silencio,
la gran luna de agosto suspensa entre las torres
de Notre-Dame, y azul
de un imposible el río tantas veces soñado
-It's too romantic, como tú me dijiste
al retirar los labios. 

¿En qué sitio perdido
de tu país, en qué rincón de Norteamérica
y en el cuarto de quién, a las horas más feas,
cuando sueñes morir no te importa en qué brazos,
te llegará, lo mismo
que ahora a mí me llega, ese calor de gentes
y la luz de aquel cielo rumoroso
tranquilo, sobre el Sena? 

Como sueño vivido hace ya mucho tiempo,
como aquella canción
de entonces, así vuelve al corazón,
en un instante, en una intensidad, la historia
de nuestro amor,
confundiendo los días y sus noches,
los momentos felices,
los reproches

y aquel viaje -camino de la cama-
en un vagón del Metro Étoile-Nation.
 

JAIME GIL DE BIEDMA
 Las personas del verbo
Seix Barral, Barcelona
(2000)
                       

 

Agora, vou contar-vos
como também eu estive em Paris
e como ali fui feliz. 

Era nos anos dourados da juventude,
anos de abundância
do coração, quando deixar para trás
pais e pátria é sentir-se mais livre para sempre,
e foi no Verão, nesse Verão
da greve e das primeiras canções de Brassens,
e dessa linda história
de quase amor. 

Tenho ainda na memória essa noite,
recém-chegado. Estou vendo, à mão,
por baixo da ponte Saint Michel,
a grande lua de Agosto, em silêncio, suspensa
entre as torres de Notre Dame, e azul
impossível o rio tantas vezes sonhado
- It's roo romantic, como tu disseste
ao tirar os lábios. 

Em que perdido
lugar do teu país, em que recanto da América
e no quarto de quem, nas horas mais feias,
quando sonhares morrer não te importa em que braços,
onde te chegará, tal como a mim
agora me chega, aquele calor humano
e a luz desse céu rumoroso
tranquilo, sobre o Sena? 

Como sonho vivido há já muito tempo,
como aquela canção
de então, assim torna ao coração,
num instante, muito intensa,
a história do nosso amor,
confundindo os dias e suas noites,
os momentos felizes,
as queixas 

e aquela viagem - a caminho da cama -
numa carruagem do metro Etoile-Nation.
 

(Trad. A.M.)

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