Para hablar con los muertos
hay que elegir palabras
que ellos reconozcan tan fácilmente
como sus manos
reconocían el pelaje de sus perros en la oscuridad.
Palabras claras y tranquilas
como el agua del torrente domesticada en la copa
o las sillas ordenadas por la madre
después que se han ido los invitados.
Palabras que la noche acoja
como los pantanos a los fuegos fatuos.
Para hablar con los muertos
hay que saber esperar:
ellos son miedosos
como los primeros pasos de un niño.
Pero si tenemos paciencia
un día nos responderán
con una hoja de álamo atrapada por un espejo roto,
con una llama de súbito reanimada en la chimenea
con un regreso oscuro de pájaros
frente a la mirada de una muchacha
que aguarda inmóvil en un umbral.
Jorge Teillier
Para falar com os mortos
há que escolher palavras
que eles reconheçam tão fácil
como as mãos
reconheciam o pelo de seus cães no escuro.
Palavras claras e tranquilas
como a água da corrente domesticada no copo
ou as cadeiras arrumadas pela mãe
depois de os convidados saírem.
Palavras que a noite acolha
como a noite aos fogos-fátuos.
Para falar com os mortos
há que saber esperar,
eles são medrosos
como os primeiros passos da criança.
Mas se tivermos paciência
um dia respondem-nos
com uma folha de álamo agarrada num espelho partido,
com uma chama de súbito acesa na chaminé
com o regresso dos pássaros
face ao olhar de uma rapariga
aguardando imóvel no traço da porta.
(Trad. A.M.)
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