LAMER CLAVOS
Dices: “Más
sencilla, más sencilla,
que todo se ahogue en el silencio,
que no vengan las llagas a ensuciar lo
limpio,
que el cielo siga siendo sólo cielo,
la distancia del prójimo sobre el corazón
del pan,
un prado donde las mujeres bordan la
madrugada y le dan de mamar al sueño”.
Y yo rompo los huesos del tiempo
y esparzo el polvo de una rosa a tus pies.
Yo, que conozco la guerra del hombre en la
espalda de su animal,
la ambición de las piedras cuando el alba
derrama su sangre sobre lo pequeño
(hablo de un hogar donde tiemblan los
retratos,
hablo de la infancia suave que se termina,
hablo de lluvia lamiendo el alcohol de una
esperanza).
Pero insistes: “Más sencilla, más
sencilla”,
como si el pecado necesitara la seda de un
labio babilónico,
necesitara el rincón con sus arañas
magníficas,
necesitara el tambor para anunciar su
delirio.
Y yo busco,
remuevo la tierra con mis dientes,
peino el recuerdo de mis muertos,
clavo una cruz sobre el vacío
y bebo en el aire
el sudor desnudo de tu nombre.
Angélica Morales
Dizes: ‘Mais simples, mais simples,
que tudo se afogue no silêncio,
que as chagas não venham sujar o que está limpo,
que o céu seja ainda apenas
céu,
a distância do próximo no coração do
pão,
um prado onde as mulheres tecem a madrugada
e dão de mamar ao sonho’.
E eu quebro os ossos do tempo,
espalhando a teus pés o pó de uma rosa.
Eu, que conheço a guerra do homem em cima do animal,
a ambição das pedras quando a aurora
derrama seu sangue sobre o pequeno
(falo de uma casa onde estremecem os retratos,
falo da infância suave que se vai,
falo da chuva lambendo o álcool de uma esperança).
Mas tu insistes: ‘Mais simples, mais simples’,
como se o pecado carecesse da seda de um lábio da Babilónia,
carecesse de um recanto com suas aranhas magníficas,
carecesse do tambor para anunciar seu delírio.
E eu busco,
removo a terra com os dentes,
penteio a memória de meus mortos,
espeto uma cruz no vazio
e bebo no vento
o suor nu de teu nome.