REGRESO
Callan de pronto los abrazos
pues ya no sabe nadie qué decir,
tanto ha mordido el tiempo desde entonces.
Algo entorpece el aire, algo vacila entre la vieja silla
y el gesto de la mano.
Y la sonrisa del recién llegado
es como el santo y seña de un hombre que ya ha muerto.
Hay, es verdad, una tarde fatigada de sol en la memoria,
y en el umbral de ayer
una madre doblando cada cosa,
doblando pena a pena con su casi sonrisa.
¿Pero quién dice nada, quién echa al mar las redes,
quién desata los cabos que ha ido atando el tiempo?
Piedad Bonnett
Calam-se de repente os abraços,
ninguém sabe já o que dizer,
tanto desde então o tempo tem mordido.
Algo entorpece o ar, algo vacila entre a velha cadeira
e o gesto da mão.
E o sorriso do recém-chegado
é como o santo e senha de alguém que morreu já.
Há, sim, uma tarde fatigada de sol na lembrança
e na soleira de ontem
uma mãe dobrando cada coisa,
dobrando pena a pena com seu quase sorriso.
Mas quem diz nada, quem deita as redes ao mar,
quem desata os cabos que o tempo foi atando?
(Trad. A.M.)