AUTORRETRATO A LOS 13 AÑOS
Sobreviviente de mí mismo,
el pelo largo,
me siento en la silla del
peluquero.
En un caballete está el espejo,
atrás de mí las casas,
más allá el cerro.
Los resortes del sillón pican
la espalda.
Sobre el descansapiés miro las
lenguas
de mis zapatos viejos.
Chon me hace la raya con el
peine,
a tijeretazos avanza sobre mi
cabeza
echando mechones sobre el
empedrado.
Moscas sin vanidad se asolean en
las piedras,
o se pegan a la frente de Chon.
Él las ahuyenta moviendo las
orejas.
El peluquero me muestra su obra
maestra:
un corte de pelo perfectamente
redondo.
En el espejo de mano
miro en el cerro el sol que se
pone.
"Cantaré la luz", me
digo,
sintiéndome
ya poeta.
Homero Aridjis
Sobrevivente
de mim mesmo,
cabelo
comprido,
sento-me na
cadeira do barbeiro.
Num cavalete
está o espelho,
as casas
atrás de mim,
o cerro mais
além.
As molas da
cadeira picam-me nas costas,
sobre o
descanso dos pés observo
as línguas
dos meus sapatos velhos.
Chon faz-me
o risco com o pente
e avança-me
na cabeça às tesouradas
atirando os
pelos para o chão empedrado.
Moscas sem
vaidade apanham sol sobre as pedras
ou colam-se
à testa de Chon,
que as
afugenta abanando as orelhas.
O barbeiro
mostra-me a sua obra-prima,
um corte de
cabelo redondíssimo.
No espelho de
mão
olho o sol
que se põe no cerro.
"Cantarei
a luz", digo para mim mesmo,
a sentir-me
já poeta.
(Trad. A.M.)