EL INFINITO CABE EN UNA HOJA DE PAPEL
Un cuaderno vacío,
huérfano de letras e ideas,
reclama la atención
de un poeta que lo adopte
en un rincón de la memoria
El duende, tutelador
de musas sin dueño,
agoniza en la trastienda
de las prisas,
arropado por telarañas
de vergüenza y estrés
Un lápiz diminuto,
abandonado en el asilo
de la rutina,
pide un minuto de gloria
en busca de la suerte
en el carboncillo del tiempo
El aprendiz de poeta,
abrigado de dudas y miserias,
inicia la aventura
de las hojas en blanco,
alumbrando un verso neonato
en el paritorio de los sueños
Y el cuaderno,
otrora vacío y triste,
abandona el umbral
de la soledad,
acompañado de rimas,
misterios y métrica…
Francisco J. Picón
[
La locura de los cuerdos]
Um caderno vazio,
órfão de letras e de ideias,
reclama a atenção
de um poeta que o adopte
num recanto da memória
O duende, patrono
de musas sem dono,
agoniza na traseira
das pressas,
vestido com teias
de fadiga e vergonha
Um lápis diminuto,
esquecido no asilo
da rotina,
pede um instante de glória
na busca da sorte
no carvão do tempo
O aprendiz de poeta,
isento de dúvidas e misérias,
começa a aventura
das folhas em branco,
alumbrando um verso recém-nascido
na sala de partos dos sonhos
E o caderno,
em tempos vazio e triste,
deixa o umbral da solidão,
acompanhado de rimas,
métrica e mistérios...
(Trad. A.M.)
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