10.7.13

Juan Bonilla (Isto pretendia ser um poema de amor)





ESTO QUERÍA SER UN POEMA DE AMOR



Tiras de las dos asas amarillas
y la bolsa se cierra.
Luego haces dos nudos
sobre las mondas de naranja y las cáscaras de plátano,
las sobras de la cena,
unas cuantas docenas de colillas
y una planta que ha muerto.
Son doce pisos luego y unos cuarenta pasos
hasta el contenedor –en el que apenas cabe ya ninguna bolsa.
En el momento de depositarla allí
se ha iluminado un número en tu mente:
setenta y seis. Son pocas todavía
las bolsas de basura que habéis llenado juntos
si las comparas con las más de mil
que Laura y tú llenasteis;
Son muchas, desde luego, un escorial, si las comparas
con las apenas diez
que de aquel sótano de Londres donde Marge,
sacabas rumbo a un minúsculo depósito en el patio.
En La Habana Amarilis
cada noche colgaba la basura de las ramas de los árboles
–para evitar la proliferación de ratas;
llenasteis juntos veintitantas bolsas.
Es fea, bien lo sabes, tu costumbre
de computar amores en bolsas de basura.
Tal vez un día de estos se te olvide.
Doce pisos arriba hay una luz: es tu cocina.
En el cubo hay una nueva bolsa que mañana llenaremos.


Juan Bonilla


[Otra iglesia]



Puxas-lhe as asas
e o saco fecha-se.
Depois dás-lhe dois nós
em cima das cascas de laranja e restos de banana,
das sobras do jantar,
umas dúzias de piriscas,
mais uma planta já morta.
A seguir são doze andares e alguns quarenta passos
até ao contentor – onde já mal cabe um saco.
Ao deixá-lo ali acende-se-te um número na mente,
setenta e seis. São poucos ainda
os sacos que enchestes juntos,
comparados com os mais de mil
que encheste com Laura;
São muitos, um montão, comparando
com os dez apenas
que levavas daquela cave londrina de Marge
para um minúsculo depósito no pátio.
Em La Habana todas as noites
Amarilis pendurava o lixo nos ramos das árvores
- para evitar a rataria;
enchestes os dois vinte e tal sacos.
É feio, bem sabes, esse teu costume
de computar amores em sacos de lixo,
pode ser que te passe um dia destes.
Doze andares lá em cima há uma luz, na tua cozinha.
E no cesto um novo saco para enchermos amanhã.


(Trad. A.M.)

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