SECUELAS
El tiempo de tu infancia era redondo.
Como la esfera del reloj de comunión.
Como la hostia que te administrara
un fraile orondo, como su tonsura.
Como el balón de cuero que no te regalaron.
Como los círculos absortos de los viejos
removiendo el café al final de la fiesta.
De aquel tiempo te quedan secuelas indelebles:
esa manía tuya de darle cuerda al mundo,
la obsesión por seguir agnóstico y esbelto,
el recelo hacia quien tuvo cuanto quiso,
y esta única forma posible de esperanza:
remover el café en sentido contrario.
Javier Velaza
Era redondo o tempo da tua infância.
Como a esfera do relógio da comunhão.
Como a hóstia que te ministrava
um frade barrigudo, como a sua tonsura.
Como a bola de couro que te ofereceram.
Como os círculos absortos dos velhos
mexendo o café no fim da festa.
Desse tempo restam-te marcas indeléveis,
essa mania de dares corda ao mundo,
a obsessão de te manteres agnóstico e esbelto,
o receio a quem teve tudo quanto quis,
e esta só forma possível de esperança,
mexer o café em sentido contrário.
(Trad. A.M.)