ES LO QUE LLAMAN GLORIA
Desconocidos que te escriben cartas.
En tus versos, confiesan - entre un torpe amasijo
de entusiasmo, inocencia y metáforas ciegas -
reconocen su vida.
Muchachos que han quemado unos pedazos
de sus mejores años componiendo,
con la más despiadada sinceridad, poemas
tuyos (que te parecen tan mediocres
como los tuyos tuyos).
Antologizadores que te ponen,
como ropas extrañas, adjetivos,
etiquetas, propósitos que jamás soñarías.
Amigas de tus hijas que te estudian en Lengua
y que tienen que hacer un comentario
de texto (¿o cementerio?) y te preguntan
sobre las estructuras.
Hispanistas que vienen a enseñarte quién eres.
Y tú siempre dudando - y dudando tus dudas -
si es que ellos no se enteran
de nada, o si tal vez están burlándose
de ti, confabulados
en una broma cósmica (pero esto me parece
demasiada crueldad para ser verosímil),
o si acaso -y entonces eres tú
quien no se entera- de tu boca sale
la voz incandescente de un algún ángel
-pero esto es ya ponerse demasiado sublime-.
Sólo hay dos cosas claras:
que por alguna parte hay un malentendido
y que todo este embrollo
es lo que llaman Gloria.
Miguel d´Ors
Desconhecidos que te escrevem cartas,
confessam que em teus versos
- salgalhada canhestra de entusiasmo,
inocência e cegas metáforas – reconhecem a sua vida.
Mocinhos que queimaram o melhor
de seus anos compondo,
com a mais cruel sinceridade, poemas
teus (que a ti te parecem tão mauzinhos
como os teus teus).
Antologiadores que te põem,
como estranhas vestes, adjectivos,
etiquetas, propósitos que jamais sonharias.
Amigas das tuas filhas que te estudam em Letras
e que têm de fazer um comentário
de texto (ou cemitério?) e te perguntam sobre as estruturas.
Hispanistas que vêm ensinar-te quem é que tu és.
E tu sempre duvidando – e duvidando mesmo de tuas dúvidas -
se eles não se apercebem
de nada, ou se estão acaso a zombar de ti,
combinados numa piada cósmica (mas isso seria
cruel demais para ser verosímil),
ou se porventura de tua boca sai
a voz incandescente de algum anjo celestial
- mas isso aí seria também demasiado sublime.
Há aqui apenas duas coisas claras:
que existe um mal-entendido algures
e que todo este imbróglio
é aquilo a que chamam Glória.
(Trad. A.M.)
.