A RODRIGO DE XEREZ
Ojos míos, de lumbre y madrugada,
que rasgasteis la niebla por noviembre
mostrándome el camino del adviento.
Sangre mía, oh savia nueva y libre,
que incendiaste mi pálida corola
para que su rubor prendiera el aire.
Cielo mío, tan pleno de armonías,
constelado y mutable, pero eterno,
desvelándome a solas sus arcanos.
Todo esto eres tú, por si lo ignoras.
María Sanz
Olhos meus, de fogo e madrugada,
que rasgastes a névoa em Novembro
mostrando-me o caminho do advento.
Sangue meu, ó seiva nova e livre,
que me incendiaste a corola
para seu rubor suster o vento.
Meu firmamento, pleno de harmonias,
constelado e mutável, mas eterno,
a sós me destapando seus arcanos.
Tudo isto és tu, se é que o não sabes.
(Trad. A.M.)
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