NOCHES DE INCENDIO
Son noches de insomnes las
noches
de incendio.
Más cercana la muerte y
la vida, más violenta en esta
espera
nocturna que enciende deseos y
descubre
promesas,
certezas que pasan
ardiendo.
Prende el fuego en el aire como
un aire de fiesta
o de guerra, de cosas que un
instante
suceden y no son nada al
instante.
En unas horas dejamos atrás
aquello que fuimos
y va quedando en el aire
como un aire de urgencia,
de gestos recién aprendidos
y muy pronto olvidados.
Nadie duerme nunca
en las noches de incendio.
Como un amante impaciente,
la llama que crece en la noche
consume la noche
y nos recuerda lo que fuimos
quedando: sólo humo.
Y ceniza.
Berta Piñán
São noites
de insones as noites
de incêndio.
Mais próxima
a morte e
a vida, mais
violenta nesta espera
nocturna que
acende o desejo e descobre
promessas,
certezas que
passam
ardendo.
Solta-se o
fogo no ar como um ar de festa
ou de
batalha, de coisa que num instante
acontecem e
logo a seguir não são nada.
Em poucas
horas deixamos
para trás
aquilo que fomos,
ficando no
ar
como que um
ar de urgência,
de gestos
aprendidos há pouco
e muito
depressa esquecidos.
Ninguém
dorme nunca
nas noites
de incêndio.
Como amante
impaciente,
a chama que
cresce na noite
devora a
mesma noite,
lembrando-nos
aquilo em que nos fomos
convertendo,
fumo apenas.
E cinza.
(Trad. A.M.)