18.7.16
Vicente Aleixandre (O sonho)
EL SUEÑO
Hay momentos de soledad en que el corazón reconoce,
atónito, que no ama.
Acabamos de incorporarnos, cansados: el día oscuro.
Alguien duerme, inocente, todavía sobre ese lecho.
Pero quizá nosotros dormimos...
Ah, no: nos movemos.
Y estamos tristes, callados. La lluvia, allí insiste.
Mañana de bruma lenta, impiadosa. ¡Cuán solos!
Miramos por los cristales. Las ropas, caídas;
el aire, pesado; el agua, sonando. Y el cuarto,
helado en este duro invierno que, fuera, es distinto.
Así te quedas callado, tu rostro en tu palma.
Tu codo sobre la mesa. La silla, en silencio.
Y sólo suena el pausado respiro de alguien,
de aquella que allí, serena, bellísima, duerme
y sueña que no la quieres, y tú eres su sueño.
Vicente Aleixandre
Há momentos de solidão em que o peito reconhece,
atónito, que não ama.
Acabamos de erguer-nos, cansados, um dia brusco.
Alguém dorme ainda, inocente, nessa cama.
Ou então dormimos nós, talvez...
Mas não, movemo-nos.
E estamos tristes, calados; a chuva insiste;
manhã de bruma, lenta, impiedosa. Quão sós!
Olhamos pelos vidros. As roupas, caídas;
o ar, pesado; a água, zoando. E o quarto,
gelado neste duro inverno, que é diferente, lá fora.
Assim ficas calado, o rosto entre as mãos,
os cotovelos na mesa, a cadeira em silêncio.
E ouve-se apenas o respirar tranquilo de alguém,
dessa que ali dorme, serena, belíssima,
e sonha que a não amas,
e és tu o sonho dela.
(Trad. A.M.)
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