EL TESTAMENTO DE DRÁCULA
Estas son mis palabras,
mis últimas palabras.
Crecen en torno a mí sin que yo las vigile,
luego retornan a mi boca
y en ella se aposentan para pasar la noche.
Las digo en voz tan baja que ni tú las escuchas
a ras de suelo, tan inaprensibles
que hasta las piedras las absorben.
Todo es posible aquí. Tan sólo yo
soy imposible, un rostro
sin color ni volumen
por estas galerías donde se repiten
espejos en espejos. Todos están deshabitados.
Nada devuelve su espesor, salvo una luz confusa,
dibujando mi ausencia entre los vidrios rotos.
Narciso fui cuando vivía.
Mientras no estuve en el arcén del tiempo,
lo miraba pasar. La muerte ahora
es la venganza de los otros, de
esos otros extraños a quienes amé
sin proyectarme en ellos. Ven a mí.
No te haré ningún daño. Sabe que
de soledad en soledad
huí de un cúmulo de eternidades
para cruzar la tierra. Fui viajero,
me deslicé hasta sombras que antes no conocí,
y en este exilio, cuando miro atrás,
pienso en el sueño de los justos:
un islote de espuma saturada de azul.
Tal vez los fríos del invierno sean piadosos conmigo.
Sé que sobre mi tumba nacerán flores amarillas.
Jenaro Talens
Estas são as minhas palavras,
minhas últimas palavras.
Crescem à minha volta sem eu as vigiar,
depois tornam-me à boca
e ali se instalam a passar a noite.
Pronuncio-as em voz baixa que nem tu as ouves
ao rés da terra, imperceptíveis
que até as absorvem as pedras.
Tudo é possível aqui. Só eu
sou impossível, um rosto
sem volume nem cor
por estas galerias em que se repetem
espelhos sobre espelhos. Todos desabitados.
Nada reflecte a espessura, salvo uma luz confusa,
desenhando-me a ausência por entre os vidros partidos.
Narciso fui enquanto vivia.
Enquanto não estava na berma do tempo,
via-o passar. Agora a morte
é a vingança dos outros,
desses estranhos a quem amei
sem neles me projectar. Anda cá, vem,
que eu não te faço mal. Fica a saber que
de solidão em solidão
escapei a mil eternidades
para atravessar a terra. Fui viajante,
deslizei até sombras que desconhecia
e neste exílio, quando olho para trás,
penso no sonho dos justos,
uma ilha de espuma saturada de azul.
Talvez sejam piedosos comigo, os frios do Inverno,
flores amarelas hão-de nascer no meu túmulo .
(Trad. A.M.)
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