Hay palabras que se van cerrando
como bares viejos
para abrir zapaterías.
Palabras que nunca más pronunciaré
con naturalidad. Palabras que
para siempre sólo serán citas.
Nunca viví dentro de la palabra
abuelo. Abuelo era el título de un cuento
escrito en otro idioma.
Madre fue una palabra temida y adorada
un tótem levantado en medio de La Mancha.
Padre un pasillo en el que nunca
me detuve por mucho tiempo.
Palabras cerradas.
Juguetes de la infancia que ya
no se fabrican.
Ana Pérez Cañamares
[
Nunca llegan tarde las hadas]
Há palavras que vão encerrando
como antigos bares
para abrirem sapatarias.
Palavras que não mais hei-de pronunciar
com naturalidade. Palavras
que serão para sempre apenas menções.
Nunca vivi dentro da palavra
avô. Avô era o nome de uma história
escrita noutra língua.
Mãe foi uma palavra temida e adorada
um totem erguido no centro de La Mancha.
Pai um corredor em que nunca
me detive por muito tempo.
Palavras encerradas.
Brinquedos de infância que já
não se fabricam.
(Trad. A.M.)
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