No es verdad que habitemos a merced del tiempo.
El tiempo no existe.
Nadie lo ha visto, nadie lo huele, nadie lo toca.
Cuando estamos reunidos, o caminamos a solas,
o nos quedamos mirando el vacío,
el tiempo no está entre nosotros.
Repetidas veces he dado vuelta la cabeza
y nunca lo he sorprendido,
y cuando estiro el cuello para ver el mañana
el tiempo no se encuentra más adelante.
Ahora en la habitación que continúa a oscuras
preveo las rayas de luz, diminutas,
que irán transitando en la pared
según avance el día.
Y más tarde ya no estaré allí.
Miguel Gaya
Não é verdade que vivamos à mercê do tempo.
O tempo não existe.
Ninguém o viu, ninguém o cheira, ninguém o toca.
Quando estamos juntos, ou caminhamos sozinhos,
ou ficamos a olhar para o vazio,
o tempo não está entre nós.
Muitas vezes virei a cabeça
e nunca o surpreendi,
e quando estico o pescoço para ver o amanhã
o tempo não se encontra mais adiante.
Agora mesmo na sala às escuras
eu antevejo os raios de luz, diminutos,
que irão transitando na parede
conforme o avanço do dia.
E mais tarde eu já ali não estarei.
(Trad. A.M.)
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