Cuando dijiste ¡basta! era diciembre
y sólo tú templabas el vacío.
Pensé que nada estaba,
que se perdió contigo la llave de la vida.
Después miré a la calle
y era la misma puerta para todos:
la vida no existía.
Desde el mismo cerrojo
la herrumbre del expolio nos miraba.
Javier Egea
Quando disseste ‘basta!’ era Dezembro
e só tu temperavas o vazio.
Pensei que nada mais havia,
que se perdera contigo a chave da vida.
Depois olhei para a rua
e era a mesma porta para todos:
a vida não existia.
Do próprio ferrolho
a ferrugem da discórdia olhava para nós.
(Trad. A.M.)