DEL CHARCO BAUTISMAL
Yo andaba tan tranquilo y tú llegaste
igual que un conductor que saca el coche
en plena tempestad y va acercándose
a un charco que parece una piscina
y no sólo lo ve sino que pisa
el acelerador a fondo y ríe
tras escuchar los gritos e improperios
que le dedica -yo- la pobre víctima
desde el retrovisor -vergüenza y rabia-
como un David, de forma previsible,
finalmente humillado por Goliat.
Así pasaste, rauda, y desde entonces
maldigo al puto sol que al poco tiempo
salió y secó -me alegra cada ocaso-
los rastros del amor con que me ungiste.
Raúl Sánchez
[
Arrestos del naufragio]
Estava eu tão tranquilo, vieste tu
como um condutor que pega no carro
em plena tempestade e se aproxima
de um charco que até parece uma piscina
e não só o vê como carrega
no acelerador a fundo e ri-se
ao escutar os gritos e impropérios
da pobre vítima – euzinho –
no retrovisor – vergonha e raiva –
como um David, previsível,
finalmente humilhado por Golias.
Assim passaste, veloz, e desde então
maldigo o filho da puta do sol
que a seguir apareceu e secou
os traços do amor com que me ungiste.
(Trad. A.M.)
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