17.4.12

Carlos Marzal (Outro encontro)






OTRA CITA



Mañana escribiré. El poema está hecho.
Se perderán definitivamente
-quizá ya se han perdido-
los hábitos que anteceden al día del dictado:
el capricho con que un tema nos busca,
el hallazgo del metro necesario,
la memorización de los versos finales.
Todo se perderá definitivamente.
Porque ha llegado la hora de escribir.
A esas citas uno acaba acudiendo
tarde o temprano.


Ejercicios idénticos
nos conceden la ilusión de avanzar:
la sagrada violencia del fuego,
relegar al olvido un rostro del amor,
una breve y feliz convalecencia.
Mañana escribiré. Y volverán los hábitos
que acompañan al día del dictado:
el capricho con que un tema se pierde, se transforma,
las dudas sobre el metro necesario,
la modificación de los versos finales.
Después se hará el silencio una vez más,
como si nunca hubiese dicho nada.
Y sabré esperar de nuevo,
soportaré la idea de que toda palabra
bien pudiera ser la última.
Siento nostalgia de momentos antiguos.
La impotencia de escribir, en aquel tiempo,
era capaz de herirme.
Hoy ya sé que a las citas se acude
para poder librarnos de las citas.


Ignoro si soy dichoso o desdichado.
El caso es que mañana escribiré.




Carlos Marzal



[Crepusculario]





Amanhã escreverei. O poema está feito.
Perder-se-ão para sempre
– perderam-se já talvez –
os hábitos que antecedem o dia do ditado:
o capricho com que um tema nos busca,
o achar o metro necessário,
a memorização dos versos finais.
Tudo se perderá para sempre.
Porque soou a hora de escrever.
A tais encontros acabamos sempre por ir
cedo ou tarde.


Exercícios idênticos
dão-nos a ilusão de avançar:
a sagrada violência do fogo,
legar ao esquecimento a face do amor,
uma breve e feliz convalescença.
Amanhã escreverei. E voltarão os hábitos
que acompanham o dia do ditado:
o capricho com que um tema se perde, se transforma,
as dúvidas sobre o metro necessário,
a modificação dos versos finais.
Depois será o silêncio uma vez mais,
como se nunca houvesse dito nada.
E saberei esperar de novo,
suportarei a ideia de que toda a palavra
poderá bem ser a última.
Sinto saudade de momentos antigos.
A impotência de escrever, nesse tempo,
era capaz de ferir-me.
Hoje sei já que aos encontros vai-se
para nos livrarmos dos encontros.


Ignoro se sou ditoso ou infeliz.
O caso é que amanhã escreverei.




(Trad. A.M.)

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