Escucho los ladridos, distintamente,
pero nada sé de ese perro que arde
ni del dibujo de su huella por la tierra abrasada.
Reconozco a los que lo han mirado
frente a frente. Escucho sus historias.
He pasado varias veces la mano
ante sus ojos blancos desde entonces
y he sentido una llama calentarme los dedos.
Pero yo sólo escucho los ladridos.
Incluso cuando salen de mi boca.
Nada sé de poesía.
Vanesa Pérez-Sauquillo
Escuto os latidos, distintamente,
mas nada sei desse cachorro que arde
nem do desenho do seu rasto na terra abrasada.
Reconheço aqueles que o olharam
frente a frente. Ouço as suas histórias.
Passei várias vezes a mão
nos seus olhos brancos desde então
e senti uma chama que me aquecia os dedos.
Mas eu só escuto os latidos.
Mesmo quando me saem da boca.
Nada sei de poesia.
(Trad. A.M.)
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