EL TIEMPO
Era en el alto espejo del tocador aquel.
Mi madre, jovencísima, adolescente casi,
con los hombros desnudos,
se retoca el peinado
y a través del cristal me mira y me sonríe.
Por el postigo abierto de la ventana azul,
mariposa amarilla,
entra un rayo de sol que se posa en su cuello,
tiembla un poco y se va
dejando imperceptibles quemaduras.
Luego llegó el incendio de los años.
Pedro Sevilla
[La mirada del lobo]
Era no espelho alto do toucador.
Minha mãe, muito jovem, quase adolescente,
os ombros despidos,
retoca o penteado
e pelo vidro olha para mim e sorri-me.
Pelo postigo aberto da janela azul,
borboleta amarela,
entra um raio de sol que lhe pousa no pescoço,
estremece um pouco e vai-se,
deixando queimaduras imperceptíveis.
Depois veio o incêndio dos anos.
(Trad. A.M.)
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