RAZÓN PARA EL REY DON SEBASTIÁN
Quien teme a sus sueños es sabio,
y el que escucha la fuente y observa sus peces
y en ellos posa su pequeña vida
para descubrir en sí mismo el hechizo inmaculado
de la quietud y el retoño.
Pero quien rehuye a los sueños prepara ya su
muerte,
cada día sube hasta su casa sabiendo que hace
tiempo
su casa es un sudario y su rostro en el espejo
el frío rostro de una estatua esculpida en el
aire.
Y quizás fueran tus sueños, devastadores, locos,
del todo irrealizables, los que aún retumben en
las calles
y den a tu figura el lustre que la vida niega
siempre.
La muerte a todos cumple, pero limpios y dorados
son los sueños que nunca se realizan.
Todos en el fondo lo intuimos:
empezamos a morir justo ese día
que decidimos aceptar nuestro fracaso
y horrorizados olvidamos en el campo de batalla
nuestros sueños.
Manuel Moya
Quem teme seus sonhos é sábio,
e também o que escuta a fonte e observa seus peixes
e neles pousa sua pequena vida
para descobrir em si mesmo o feitiço imaculado
da quietude e do renovo.
Mas quem evita os sonhos prepara já sua morte,
cada dia entra em casa sabendo que há muito
sua casa é um sudário e seu rosto no espelho
o frio rosto de uma estátua lavrada no ar.
E talvez fossem teus sonhos, loucos, devastadores,
de todo irrealizáveis, os que ainda retumbem na sruas
e dêem a teu perfil o lustro que a vida nega sempre.
A morte a todos cumpre, mas limpos e dourados
são os sonhos que nunca se realizam.
Todos no fundo o intuímos:
começamos a morrer justo no dia
em que decidimos aceitar o nosso fracasso
e como horror esquecemos no campo de batalha
nossos sonhos.
(Trad. A.M.)