JARDÍN DE PUERTA OSCURA
Los milagros existen. Esta tarde,
con el ánimo a punto del naufragio,
me encuentro este jardín, donde no hay puerta,
y si la hubiera no sería oscura.
Me pierdo por caminos de albero flanqueados
por la alta dignidad de los cipreses,
la hermosa obstinación de las adelfas
y unos arbustos generosos
que dan flores azules, casi malvas,
compactas y elegantes
como unas diminutas coliflores.
Hay plantas cuyos nombres no conozco
y colores y aromas musicales.
Suena una copla y una canción árabe,
suenan el sol y el mar, los dos tan lejos,
suenan los dulces nombres latinos de estas flores
al decirlos despacio y en voz baja.
Y el olor denso del verano suena,
y el zureo tenaz de las sucias palomas,
y en el murmullo de la fuente escucho
tu corazón, igual que cuando apoyo
la cabeza en tu pecho.
Amalia Bautista
[Noctambulario]
Há milagres, sim. Esta tarde,
com o ânimo à beira de naufragar,
encontro este jardim, sem porta,
e se a tivesse não era escura.
Perco-me por caminhos caiados
de branco
pela dignidade alta dos ciprestes,
a obstinação bela dos loendros
e alguns arbustos generosos
com flores azuis, como malvas,
compactas e elegantes
como algumas couves-flor.
Há plantas de nomes que desconheço
e cores e aromas musicais.
Soa uma copla e uma canção árabe,
soam o sol e o mar, ambos tão longe,
soam os nomes doces latinos destas flores
ao dizê-los baixinho e devagar.
E soa o cheiro denso do verão,
e a diversão das pombas,
e no murmúrio da fonte escuto
teu coração, tal como quando apoio
a cabeça no teu peito.
(Trad. A.M.)
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