DON MANUEL
Gabardina en invierno, en el verano
traje gris de telilla, y la corbata.
Bonachón, irascible, autoritario,
con el pelo ya blanco le recuerdo.
La cara ancha, pobladas y revueltas
las muy hirsutas cejas, que a menudo
pellizcaba al entrar en Babia.
Caída la nariz, breve, carnosa.
El sabor del café le era tan grato
que no sé cuántos se tomaba al día.
Y de la mesa, cómo disfrutaba.
No he vuelto a ver deleite igual al suyo
como nunca vi a nadie con un sueño
tan fácil - dos minutos, de pie, en misa.
Qué mal cantaba y con qué ilusión
cuando estaba contento. Pienso que
he heredado de él esta virtud.
Fue un trabajador infatigable.
Guarda el calor mi mano de la suya
paseando los dos los raros días
que sus quehaceres le dejaban libre.
Cuando crecí, pasó lo que pasó.
Su avanzada edad, mi rebeldía,
la mutua intransigencia, el desencuentro.
Aparece en mis sueños con frecuencia
y ni en ellos me habla. Yo lo intento
en estos versos que leéis ahora.
FERNANDO ORTIZ
Moneditas
(1996)
Gabardina de Inverno, no Verão
fato cinzento claro, com gravata.
Bonachão, irrascível, autoritário,
recordo-o já de cabelo branco.
Cara larga, sobrancelhas cheias
e muito hirsutas, que beliscava
amiúde ao entrar em Babia.
Caído o nariz, breve, carnoso.
Tão grato lhe era o sabor do café
que não sei quantos tomava por dia.
E à mesa, como gozava.
Nunca mais vi prazer igual ao seu,
tal como jamais vi alguém com o sono
tão fácil – dois minutos, de pé, até na missa.
Como cantava mal e com que ilusão
quando estava contente. Acho que
herdei dele esta virtude.
Foi um trabalhador incansável.
Guarda o calor minha mão da sua,
os dois passeando nos raros dias
que os seus afazeres o deixavam livre.
Depois que cresci, deu-se o que deu.
A sua idade avançada, a minha rebeldia,
a intransigência mútua, o desencontro.
Aparece-me em sonhos com frequência
e nem neles me fala. Eu tento fazê-lo
nestes versos que estais lendo agora.
(Trad. A.M.)
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