Nosotras también tenemos derecho a la vida.
Las perras que mienten.
Y las que llevan bozal.
Las niñas perpetuas
que son
viejas prematuras.
Bette Davis lleva un vestido de encaje,
calcetines cortos,
huele a chicle
y un lazo le recoge los tirabuzones.
Tiene ochocientos setenta y nueve años,
y canta una canción
con inflexiones vocales
de estrella juvenil.
No necesita doblaje.
Tenemos derecho a la vida.
También nosotras.
Las tejedoras tristes.
Las retrospectivas.
Las mujeres mimadas
que desatienden a los hijos.
Las lolitas caprichosas
que chupan el palo del polo de mango.
Nosotras también tenemos derecho a vivir.
Aunque todos los días
miremos al frente
y nos lancemos,
rudas e indomables,
sin consideración por la que limpia,
escaleras abajo,
hacia el vacío.
Marta Sanz
Nós também temos direito a viver.
As cadelas que mentem
e as que usam mordaça.
As ninas perpétuas
que são
velhas prematuras.
Bette Davis tem um vestido de renda,
meias curtas,
cheira a chicla
e apanha com um laço os cabelos.
Tem oitocentos setenta e nove anos
e canta uma canção
com inflexões vocais
de estrela juvenil,
sem precisar de dobragem.
Temos direito a viver,
nós também,
as tecedeiras tristes,
as retrospectivas,
as mulheres mimadas
que descuidam os filhos,
as lolitas caprichosas
que chupam o pau do gelado de manga.
Nós também temos direito a viver,
embora olhemos para a frente
todos os dias
e nos lancemos,
indomáveis e bruscas,
pela escada abaixo,
sem respeito por quem limpa,
direitas ao vazio.
(Trad. A.M.)
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