Siempre llega
un segundo en la vida
en que uno deja
de sentirse invulnerable.
Se tuercen
las rayas de la mano.
La memoria,
los aires felices,
los gestos de ternura,
la sal y la playa,
no representan ya
ningún consuelo.
No son de carne.
Marta Sanz
Chega sempre
um momento na vida
em que deixamos
de sentir-nos invulneráveis.
Torcemos
as linhas da mão.
A memória,
o ar feliz,
os gestos de ternura,
o sal e a praia,
não servem já
de nenhum consolo.
Não são carnais.
(Trad. A.M.)