LA ÚLTIMA NOCHE DE LA TIERRA
El mirlo de todos los años ha vuelto a visitar mi casa
y todavía sigo aquí.
Su música no cambia y eso ya lo he escrito.
Pero mi trabajo es constatar lo obvio
y eso es lo que el mirlo me viene a recordar.
El tiempo pasa, la gente se hace vieja, se muere,
por su propia mano o con ayuda.
Las palabras van bajando por el desagüe
de lo que alguien ha llamado la intrahistoria.
Todo fluye y se pierde, los ríos en el mar,
el mar en la inmensidad inabarcable del cosmos,
el cosmos en la nada de la que no debió salir.
Mientras tanto tecleamos.
Un sordo tamborileo contra siglos de muerte programada
y un futuro de certera incertidumbre.
Un batallón de patéticos amanuenses del olvido
exigiendo dos camisas para el camino hacia el patíbulo.
Pero no es el frío el problema, sino el miedo.
Y es el mirlo, en su ignorancia, el que sabe la verdad.
Cumple sin la más mínima estridencia
el ritual que le ha impuesto la biología.
Luego morirá. Sin epitafios, como éste,
que se deshagan con una mueca indiferente
entre las llamas de la última noche de la Tierra,
cuando nadie entienda ya ningún significado,
si es que algo tuvo sentido alguna vez.
Roger Wolfe
[
Life vest under your seat]
O melro de todos os anos voltou a visitar-me
e eu aqui continuo.
Sua música não muda, como eu já escrevi.
Mas o meu trabalho é constatar o óbvio
e é isso que o melro me vem lembrar.
O tempo passa, as pessoas fazem-se velhas, morrem,
por si mesmas ou com ajuda.
As palavras descem pelo buraco do
que alguém chamou a intra-história.
Tudo flui e se perde, os rios no mar,
o mar na imensidão do cosmos,
o cosmos no nada de que não deveria ter saído.
Enquanto isso, teclamos.
Um surdo tamborilar contra séculos de morte programada
e um futuro de certeira incerteza.
Um batalhão de patéticos amanuenses do esquecimento
exigindo duas camisas para o caminho até ao patíbulo.
Mas não é o frio o problema, antes o medo.
E o melro, na sua ignorância, é que sabe a verdade,
cumprindo sem a mínima estridência
o ritual que lhe impõe a biologia.
Depois morrerá. Sem epitáfios, como este,
que se desfaçam com uma careta indiferente
nas chamas da última noite sobre a Terra,
quando ninguém entenda já qualquer significado,
se é que algo teve sentido algum dia.
(Trad. A.M.)
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