TESTAMENTO
Habiendo llegado al tiempo en
que la penumbra ya no me consuela más
y me apocan los presagios pequeños;
habiendo llegado a este tiempo;
y como las heces del café
abren de pronto ahora para mí
sus redondas bocas amargas;
habiendo llegado a este tiempo;
y perdida ya toda esperanza de
algún merecido ascenso, de
ver el manar sereno de la sombra;
y no poseyendo más que este tiempo;
no poseyendo más, en fin,
que mi memoria de las noches y
su vibrante delicadeza enorme;
no poseyendo más
entre cielo y tierra que
mi memoria, que este tiempo;
decido hacer mi testamento.
Es este:
les dejo el tiempo,
todo el tiempo.
Eliseo Diego
Fontes: Palabra virtual (20p) / António Miranda (4p) / Los Poetas (bio+14p) / Cubaliteraria (11p+biblio+galeria+prosa) /A media voz (15p)
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