19.3.09

Rosario Pérez Cabaña (De lo nuestro)









DE LO NUESTRO





Si tú me pidieras que escribiera de lo nuestro
es una oración condicional
(mejorable, sin duda, en el estilo),
inconcebible en esta maraña de hojas
aferradas a su árbol, a condición tan sólo
de la luz que vivifica;
la misma luz, fíjate, que nos vivifica.
Si tú me lo pidieras, yo podría decir palabras como acentos,
elevar sílabas al infinito;
podría, como otros,
decir casa, camino, mano,
encrucijada,
por no hablar de los adverbios
que acompañan al amor cuando es un acto.
Por ti, si tú me lo pidieras, podría
describir el pasillo de la casa
que nos mira con ojos achinados, allá en el fondo,
revueltos, sin orden, sudorosos.
Y seguir así, buscando anáforas
con que preñar nuestro ego de amantes
que se aman con los dientes;
sin terminar nunca los discursos,
porque tú bien sabes que no hay nada peor
para el amor
que una oración adversativa.
Así que seguiría escribiendo - claro está,
si tú me lo pidieras - palabras
como manos, sin lugar a dudas, manos
que se abren y se cierran al mundo;
palabras largas y sonoras
como esperanza,
como ESPERANZA NUESTRA,
que resulta más simbólico.
Todo por encontrar una verdad (qué se yo,
¿superlativa?) que cierre
esta dialéctica gastada,
posible, deliciosa, futurible,
de decir si tú.



Rosario Pérez Cabaña






Se tu me pedisses para escrever sobre nós
é uma oração condicional
(melhorável, sem dúvida, no estilo),
inconcebível nesta maranha de folhas
aferradas à sua árvore, sujeitas apenas
à luz que vivifica;
a mesma luz, repara, que nos vivifica.
Se me pedisses, eu poderia dizer palavras como acentos,
elevar sílabas ao infinito;
poderia, como outros,
dizer casa, caminho, mão,
encruzilhada,
para não falar dos advérbios
que o amor acompanham quando este é um acto.
Por ti, se mo pedisses, poderia
descrever o corredor da casa
que nos contempla com olhos em bico, lá do fundo,
revoltos, sem ordem, transpirados.
E continuar assim, buscando anáforas
para nos encher o ego de amantes
que com os dentes se amam;
sem terminar jamais o discurso,
pois tu bem sabes que não há nada pior
para o amor
do que uma oração adversativa.
Assim iria escrevendo – claro,
se tu mo pedisses – palavras
como mãos, sem dúvida, mãos
que se abrem e fecham para o mundo;
palavras compridas e sonoras
como esperança,
como ESPERANÇA NOSSA,
que tem mais de simbólico.
Tudo para encontrar uma verdade (que sei eu,
superlativa?) que encerre
esta dialéctica gasta,
possível, deliciosa, plausível,
de dizer se tu.



(Trad. A.M.)




Fontes: Punto de partida (4p+nota) / Los noveles-1 (15p) / Los noveles-2 (2p)


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