ASÍ FUERON
La mañana
–ese tigre
de papel de periódico–
ruge entre mis manos.
Ambigua e indecisa,
exhibiendo las fauces irascibles
en un largo bostezo,
se levanta:
Va a abrevar en los ríos,
a teñirlos de rojo con sus barbas sangrientas.
Luego se precipita sobre el valle.
Las tres en punto ya;
parece que la luz, zarpa retráctil,
abandona su presa.
Pero eso,
¿quién lo sabe?
Agazapado
como una loba,
el crepúsculo espera
a que salga la luna
para aullar largamente.
Así fueron los días que recuerdo.
Los otros,
los que olvido
–¡tengo ya tantos años!–
huyeron como corzas malheridas.
Ángel González
[Apología de la luz]
A manhã
- esse tigre
de papel de jornal -
ruge-me nas mãos.
Ambígua e indecisa,
mostrando as fauces irascíveis
num longo bocejo,
levanta-se:
Vai beber nos rios,
tingindo-os de vermelho com as barbas sangrentas,
depois precipita-se sobre o vale.
São três em ponto agora,
parece que a luz, farpa retráctil,
larga a sua presa.
Mas isso,
sabe-se lá?
Acaçapado
como uma loba,
o crepúsculo espera
a saída da lua
para uivar longamente.
Assim foram os dias que me lembram.
Os outros,
os que me esquecem
- tantos anos tenho já! -
escapuliram-se como corças malferidas.
(Trad. A.M.)
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