Mi abuelo no salió de su pueblo.
El pueblo tenía cuatro casas,
cuatro calles, cuatro caminos,
cuatro vecinos, cuatro perros.
No había en él ni obispos, ni ministros,
ni putas, ni altos cargos,
no había empresas, ni banca, ni iglesia había.
En realidad no salió nunca de su molino.
Ya es casualidad que por aquel lugar,
remoto y olvidado,
acertara a pasar la vida.
Mi abuelo hablaba poco, pero sabía mucho,
todo lo aprendió mirando la muela
que, implacable, con el mismo eterno movimiento,
machacaba siempre el grano, hasta hacerlo polvo.
Begoña Abad
[Apología de la luz]
Meu avô nunca saiu da sua terra.
A terra tinha quatro casas,
quatro ruas, quatro caminhos,
quatro moradores, quatro cães.
Não havia nem bispos, nem ministros,
nem putas, nem altos cargos,
não havia empresas, nem bancos, nem igreja havia.
Na verdade não saiu nunca do seu moinho.
E já é acaso que por esse lugar,
remoto e esquecido,
acertasse a vida a passar.
Falava pouco o meu avô mas sabia muito,
tendo aprendido tudo a ver a mó,
implacável, a girar eternamente,
esmagando o grão, até o fazer em farinha.
(Trad. A.M.)
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