OTRO NOCTURNO
La luna, como la esfera luminosa del reloj de un edificio
público.
¡Faroles enfermos de ictericia! ¡Faroles con gorras de
“apache”, que fuman un cigarrillo en las esquinas!
¡Canto humilde y humillado de los mingitorios cansados
de cantar! Y silencio de las estrellas, sobre el asfalto
humedecido!
¿Por qué, a veces, sentiremos una tristeza parecida a la
de un par de medias tirado en un rincón?, y ¿por qué, a
veces, nos interesará tanto el partido de pelota que el eco
de nuestros pasos juega en la pared?
Noches en las que nos disimulamos bajo la sombra de los
árboles, de miedo de que las casas se despierten de pronto
y nos vean pasar, y en las que el único consuelo es la
seguridad de que nuestra cama nos espera, con las velas
tendidas hacia un país mejor.
Oliverio Girondo
A lua, como a esfera luminosa do relógio de um edifício
público.
Candeeiros doentes de icterícia! Candeeiros com boinas de
‘apache’, a fumar um cigarro nas esquinas!
Canto humilde e humilhado dos mictórios cansados
de cantar! E o silêncio das estrelas, sobre o asfalto
humedecido!
Porque sentiremos, às vezes, uma tristeza parecida
à de um par de meias esquecido num
canto? E porque nos interessará tanto,
às vezes, a partida de bola que o eco
dos nossos passos joga na parede?
Noites em que nos disfarçamos sob a sombra das
árvores, com medo de que as casas de repente
acordem e nos vejam passar, e em que
só nos consola a certeza de que a cama nos espera,
as velas erguidas em direcção a um país melhor.
(Trad. A.M.)
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